Últimamente no he visto a mis amigas y he tenido más tiempo de platicar con mis amigos, los del sexo masculino. Y en este lapso siento que me ha llovido de todo, porque siento que a veces no entienden lo que quiero decir o de donde parto para tomar mis decisiones.
Fuera de combate entendí que no debo de convencerlos de nada porque no se puede. Creo que biológicamente y culturalmente, el hombre y la mujer están diseñados de manera muy diferente.
Y el problema en específico no soy yo, salvo que soy un poco terca, pero de ahí en adelante las mujeres construimos nuestros sentires con parámetros que quizás les cueste trabajo entender; en correspondencia al hecho que yo tampoco valido del fundamento del que parten.
Y la clave siempre está en el escuchar. Oiré lo suficiente, tratare de empatizar y si al final no lo logro, abandonare la contienda. No estoy dispuesta a desgastar tanto las relaciones con los masculinos y luego piensen que soy una feminista esquizofrenica que sólo piensa en ganar.
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