martes, 31 de octubre de 2006

Bruja!!

Que cada dia me convenzo de ello... nunca he sido una princesa de cuento, sino la antagonica de todas las historias... y eso que no me lo he propuesto... porque si asi fuera... seria lo doble de malvada.

Eso pasa cuando la gente no ve mas alla de sus narices y no saca conclusiones razonables. Sino haces lo que quieres eres mala, si lo haces eres una tonta.

Al diablo.... acabo que aca en el infierno esta mejor la fiesta. jajajajajaja.

Saluditos!!

lunes, 30 de octubre de 2006

Calaveras

Nunca me salen pero me divierten. Con cariño a los que les tocó.

Iván:

Me encontré con la muerte,
Hablaba a gritos y fuerte,
Bailaba con Timbiriche,
Le echaba porras al Atlas
Y le iba al PAN,
La mire a la cara y era el Iván.

Osa:

La Catrina le preguntó al espejito,
¿Quién es más bonita que yo?
Al verla ojerosa este contestó,
Es hermosa y se llama Osa.

Selene:

Andaba la muerte briaga
Bailando por la ciudad
Hasta que llega Selene y le dice:
My hips dont lie.

Marcela:

El diablo vino a su fiesta
La tomó de la mano
Y la quiso besar,
La marce gritó
y este más se enamoró.

Sandra:

Sandra es blanca
Tan blanca
Que víctor la confundió,
La metió a una caja
Y la pobrecita se ahogó.

Yun:

Yunuen estaba en el hospital
Y la catrina le aconsejó
Te tomas tus medicinas
Con un vaso de coca y
Unas gotas de alcohol.

Lorena:

La chaparrita de oro
Un novio pidió
Le mandaron a Gael
Y el beso de la muerte
Le dio.

Elisa:

Erase una vez Elisa
Bailando en el pateón
Pusieron reguetton
Y a todos los muertos se les paró.

Javier:

Calaca tilica y flaca
Esta mexicana te canta
no toques al chileno
que te mando a la chingada.

Pato:

La parka se llevó al Pato
a tocar en el infierno,
le dio un abrazo
y le cortó el cabello.

FELIZ DIA DE MUERTOS!!!



miércoles, 25 de octubre de 2006

Placeres culposos.

Uno de los placeres culposos que difícilmente reconocemos es el gusto por saber de la vida de los demás. Es difícil no dejarse tentar por la necesidad de averiguar que le pasa al prójimo, tanto así que me atrevo a retar aquel que dice no haberlo hecho a que levante la mano, pero pronto la bajara al acordarse de que alguna vez se quedo discretamente atento a la platica de su vecino con un extraño, a seguir la conversación de dos desconocidos, abrir una carta ajena, leer el diario personal de un amigo o cuando su teléfono se cruzo con una llamada ajena y se divirtió hasta que con saña decidió opinar también. Hablar de generalidades sé que puede ser peligroso pero tampoco puedo evidenciar a alguna persona o a todas las personas que tienen esta afición porque se sentirían descaradamente expuestas, así que dejare que ninguno levante la mano y mejor lo piense en silencio. Quizás me pregunten por los argumentos para estar tan segura de tal generalidad y también de mis motivos para evadirla, pero lo único que puedo decir es que es la naturaleza de este placer lo que me orilla a enunciarlo de una manera superficial, seré más clara con un ejemplo, un conocido descubrió la infidelidad de su mujer, decidió perdonarla y ser discreto con el hecho, en un acto de confidencialidad se lo contó a su mejor amigo, este pasmado con la noticia se lo dijo a su novia, la novia con ganas de compartir tremenda bomba se lo compartió a una amiga, esa amiga a otra amiga hasta que la noticia llegó a mis oídos y yo se las trasmito a ustedes y les pediré por favor que juren no decírselo a nadie, espero y no se porten reticentes para respetar las formas de un secreto a voces, porque si mi amigo se entera que varias personas lo sabemos, culparía directamente al novio de mi amiga y entonces se terminaría una amistad que vale más que el placer por comentar la vida de los demás y todos los involucrados nos meteríamos en serios problemas.

Si llevamos el acto de romper la confidencialidad a juicio, inmediatamente todos somos culpables, es evidente que es una falta moral no saber guardar un secreto pero también hay una necesidad humana por compartirlo. Ya que si nuestra vida se concentrará únicamente en mirar nuestros problemas, defectos y no atender otra cosa que nuestra intimidad seria tremendamente aburrida y monótona. La cuestión es sencilla, existe una necesidad intrínseca del ser humano que se llama curiosidad y llega a producir altos niveles de ansiedad sino se satisface, cuando esta viene acompañada de una ligera aversión por las cosas desagradables o con un interés malsano se le llama morbo. Para la industria del entretenimiento es bien sabido que producir morbo vende y la vida de músicos, cantantes, actores, directores de cine, políticos y escritores se ve expuesta en escándalos presentados en diferentes formatos: libros, documentales, programas de espectáculos, periódicos, películas etc. A cualquier personaje público vender la vida privada le deja más ganancias que perdidas, gana popularidad y desde este punto podemos evidenciar otro placer culposo que es el gusto de hablar de nosotros mismos.

Tanto el morbo por la vida privada y el gusto de exponer la nuestra tienen un mismo epicentro que es el ego: el yo como el centro del mundo y juez para adjetivar entre lo correcto, lo bueno, lo mal hecho y lo malo; tendencia irreversible porque las experiencias se procesan de manera individual, el filtro somos nosotros mismo. Más sin embargo, hay personajes que se regocijan en ello y no es difícil identificarlos.

Sostengo que hablar de nosotros es también una necesidad, funciona como una válvula de escape a todo lo que se hierve en el interior, por las avenidas de la ciudad corren ríos de extraños buscando una oportunidad para ser escuchados, lo sé por experiencia propia. Debido a mi cara de gente noble soy el blanco favorito de necesitados de atención, me atacan por todas partes: en el transporte público, en el autobús, en los bares, en la calle, en las filas para hacer pagos. Primero me abordan con una pregunta o una expresión sobre la situación por lo que me veo obligada de manera amable a dar una respuesta, aún siendo escueta y fría regresan a la conversación con otro comentario más elocuente, volteo a verlos, asiento con la cabeza y automáticamente me acorralan sin salida para no cortarles la inspiración, no me atrevo a ser muy dura y me dispongo a escuchar toda clase de historias de vida, a veces su catarsis es tan fuerte que terminan llorando. Algunos ejemplos: una señora viuda que no superaba la muerte de su marido, una madre soltera que le dolía no ver a su hija por unas semanas, un joven que quería ser mariachi y no lo logró debido a problemas que tenia con su papá, un brasero que venia a visitar a su familia después de mucho tiempo, un productor de aguacates que hablaba de los cultivos, un alcohólico regenerado por acercarse a Dios, un joven que a sus veintiún años había sido drogadicto, animador de hoteles en Acapulco, Striper y alumno en una escuela militar.

Este tipo de encuentros involuntarios me han ayudado a identificar una serie de herramientas para hacer hablar a los extraños, como lo he dicho anteriormente no es mi deseo escucharlos pero confieso que algunas veces lo he aplicado. Una vez me topé con una joven policía y me causo cierta curiosidad la razón por la que tenia este oficio. Acercarme fue sencillo me basto tener una duda que resolvió inmediatamente, únicamente asenté y eso valió para que siguiera con las explicaciones, por lo general las personas que están solas suelen ser las conversadoras. Después lancé una pregunta vaga sobre su trabajo y una más inteligente: ¿no tienes miedo a disparar una pistola, al menos yo como mujer me aterraría el solo tocarla? Y duda resuelta, de ahí partió para hablarme de ella misma y supe la razón por la cual era policía.

Los instrumentos para el interrogatorio considero que son los siguientes, en primer lugar la observación, es necesario estudiar al extraño en cuanto a reacciones y gustos, templando el carácter conocemos el camino. Evitar contradecir, solo hacerlo cuando sea necesario para buscar la reafirmación sobre algo que no nos queda claro. Mostrarse interesado y elogiar sus ideas o sus posturas. Y el extraño se convertirá en un conocido.

Después de eso no pasemos por ingenuos y la siguiente etapa es la interpretación del discurso, no si fue verdad o mentira lo dicho, sino de lo que partió para decirlo. Porque cuando nos dan quórum para hablar de nosotros, solemos hacer una extraña combinación entre lo que somos y lo que queremos ser.

Exponernos y conocer la vida privada de los demás forman parte de los placeres culposos que difícilmente aceptamos porque se mueven por el ego y el morbo, pero para nuestra sorpresa, deleitarnos con ellos es esencial, sin estas fugas de escape seriamos demasiado introvertidos y quizás nos volveríamos locos.

Cuestionario Proust

Este cuestionario es famosos por ser contestado por escritores y personajes famosos, fue nombrado Proust porque Marcel Proust, un escritor frances, es quien lo ha contestado con mayor elocuencia. Ahora por un ejercicio me veo en la necesidad de contestarlo y lo subo no mas para compartir.

—¿Cuál es para usted el colmo de la miseria?

Tener un espíritu miserable.

—¿Dónde le gustaría vivir?

En Paris, Francia.

—¿Cuál es su ideal de la felicidad terrestre?

Creo que la desaparición del intercambio monetario y que fueran otras cosas más humanas las que se pudieran intercambiar por bienes y servicios.

—¿Por cuáles faltas tiene usted la mayor indulgencia?

Aquellas cometidas por mi ingenuidad.

—¿Cuáles son las obras literarias que usted prefiere?

Las novelas y los ensayos. Puedo decir que no me gustan los clasicos.

—¿Cuál es su personaje histórico favorito?

Jesús

—¿Su pintor favorito?

Salvador Dalí.

—¿Su músico favorito?

No tengo.

—¿La cualidad que prefiere en el hombre?

La inteligencia racional.

—¿La cualidad que prefiere en la mujer?

La inteligencia emocional y pocas lo tienen.

—¿La virtud que prefiere?

Justamente la que no tengo, la disciplina.

—¿Su ocupación favorita?

Ser desfogue de soledades.

—¿Quién le hubiera gustado ser?

La Mata Hari, por bailaría exótica, espía y ramera.

—¿Principal rasgo de su carácter?

La volubilidad.

—¿Lo que más aprecia de sus amigos?

La admiración que sienten por mí.

—¿Su defecto principal?

Soy muy aprehensiva.

—¿Su sueño de felicidad?

Llegar a ser una mujer multiorgásmica.

—¿Cuál sería su mayor desgracia?

La pobreza extrema.

—¿Lo que le gustaría ser?

Sinceramente cantante y bailarina de un grupo versátil.

—¿El color que usted prefiere?

El negro

—¿La flor que más le gusta?

Los Tulipanes

—¿El pájaro que prefiere?

Digamos que la Golondrina.


—¿Sus autores preferidos en prosa?

Julio Cortazar, Jorge Volpi, Thomas de Quincey, Jean Paul Sartre, Umberto Eco, Mario Vargas Llosa y Calders.

—¿Sus poetas preferidos?
Juan Gelman, Bucowsky y Gioconda Belli.


—¿Sus héroes en la vida real?
El pipila y los niños héroes.

—¿Sus nombres favoritos?
Valentina y Andrés.

—¿Lo que detesta por sobre todas las cosas?
El desamor, que no me quieran cuando quiero.

—¿El hecho militar que más admira?
No soy aficionada a las guerras y mi cultura me da para decir, paso.

—¿El don de la naturaleza que le hubiera gustado tener?
El camuflaje.

—¿Cómo le gustaría morir?
Frente al mar, escuchando música y en definitiva muy ebria.

—¿Su lema?
Hombres y mujeres cambiemos el mundo sin acostarnos en el intento.

miércoles, 18 de octubre de 2006

Sobre el miedo.

Existen en la vida momentos cruciales de carácter azaroso que suelen aparecer en los momentos en que menos lo requerimos, porque si nuestra vida parece la más desgraciada con asuntos cotidianos ¿Cuál es el afán del destino de ponernos en aprietos que nos implican un razonamiento mayor al que estamos acostumbrados?

Así le sucedió a Juan Hernández que no tenía nada de especial más que ser uno de esos tantos con el mismo nombre que ayudan a contar anécdotas simpáticas de los registros oficiales de la identidad. Aquel hombre con una vida pasiva y pocos conflictos debido a su personalidad tímida le temía a todo pero así era feliz, porque a veces es más fácil adecuarte a las disposiciones de los demás que preguntarte por la tuya.

Sin embargo y para su mala suerte uno de esos momentos azarosos lo vino a encontrar cuando después de haberse deleitado con un plato rico en carbohidratos a base de pollo agridulce y arroz frito abrió la galleta de la suerte (irónico) y leyó en letras negras los deseos que el destino tenía guardado para él. Aquel papel que por cierto estaba escrito en Inglés y tradujo con problemas decía “Nunca más volverás a tener miedo”. En vez de tomárselo muy en serio como lo requiere la tradición de los fervientes creyentes a las galletas de la suerte, Juan se rió y la sabiduría china se vengó de él, le cumplió la profecía.

Si el León del Cuento de Mago de Oz se enterara de la facilidad con que este Juan se quitó el miedo de encima es muy seguro que primero blasfemaría por su mala suerte cagandose en cualquier objeto religioso ¡hasta en el mismo Dios!, pero después de su catarsis es muy seguro que lo miraría con envidia, de la buena obvio ¿Quién no quisiera vivir sin miedos? Juan no, el no quería pero le tocó.

Parece que nuestro amigo Juan no es una persona normal por no desear dejar de sentir miedo pero es más común y corriente que nosotros, solo que no sabe vivir sin tener a algo que temerle, porque así es la vida, porque así se controla la sociedad.

Maquiavelo se lo aconsejó a César Borgia “es bueno ser querido pero también ser temido” principio que en la religión es fundamental por más que se trate de convencer que Dios es un ser compasivo, uno no deja de pensar en el castigo por ignorar las leyes divinas ¿acaso la desobediencia no se paga con el infierno? ¿acaso el infierno no es un lugar escabroso lleno de sufrimiento?

Tener miedo no necesariamente significa obtener respeto, pero es la vía más accesible para conseguirlo. Al igual que una madre advierte a su hijo dejar de hacer travesuras por la reprimenda que su padre puede administrarle, de la misma manera un dictador sentencia a un pueblo a acatar sus disposiciones y se inventa una serie de reglas como el toque de queda, la tortura, la cárcel y hasta la misma muerte.

Aunque el hombre esté a la cabeza en la cadena alimenticia y se le adorne con adjetivos de tener un espíritu libre, creativo y audaz, su talón de Aquiles siempre será el miedo. Esa sensación nos lleva a detenernos, a ser cautelosos y a veces hasta paralizarnos. El miedo puede ser una creación mental pero también tiene resonancia física, me atrevo a afirmar que todos conocemos el miedo, ya sea el que se produce ante una reacción a lo desconocido o aquel que es más pasivo por ser infundado.

Los que quieren dominar al mundo saben que tienen que crear el miedo: alimentarlo, exagerarlo e infundirlo; y ejemplos hay muchos. Si le preguntan a Andrés Manuel López Obrador porque perdió las elecciones es seguro que primero maree a su interlocutor sobre el complot y la corrupción en las Instituciones Electorales del país, para después pasar a lo que le llamó “la campaña del miedo “ que sus adversarios infundaron sobre su persona a tal grado que hasta “nuestra querida Elenita” sufrió las consecuencias de afrontarlo.

Lo mismo con George W. Bush que se impone en el miedo oriente con tanques de guerra, aviones silenciosos, bombas inteligentes y defiende a su intervención por un deber extraordinario que tienen los Estados Unidos de salvar el mundo de los tiranos, mientras aumenta la credibilidad en su país prometiendo que lo va a defender de los ataques terroristas, las bombas líquidas en los aviones y el ántrax en la correspondencia.

Y así podemos seguirle sucesivamente con el Chupacabras para distraer la atención de los mexicanos en medio de un hervidero político hasta la leyenda de la Llorona para hacer que los bohemios de antaño llegarán más temprano a sus casas.

El miedo tiene muchos rostros, demasiados motivos para invadirnos. Y es un gran titán al que no podemos vencer, porque cuando nos damos cuenta de su existencia parece que se crece hasta el grado de dominarnos y dejarnos en la entera pasividad.

Es una herramienta de control de los demás así a nosotros mismos cuando desean coartanos o de nuestros propios miedos, cuando no nos permitirnos vencerlos. Es que si este Juan no viviera con miedo ¿entonces cómo conduciría su vida? Si es un hecho que en la libertad abosulta no se puede vivir.

jueves, 12 de octubre de 2006

Primer Aniversario

Entre tanta cosa se me paso que el pasado 9 de Octubre mi blog cumplió su primer año. Quizás puedan opinar que soy muy obsesiva al llevar las cuentas de casi todo (y menos de lo que debería jajaja), pero la cuestión es que siendo mi blog como una bitácora personal cada post habla de una situación determinada en su propio tiempo y espacio que es irrepetible, la intesión es muy explícita, está escrita, pero la motiviación es ese único elemento que me queda para la privacidad.
Este blog ya se convirtió en mi radiografía, entre el primer post y el último hay una ínfima variedad de matices, emociones y sentimientos resultado de un año con muchos cambios, encuentros y despedidas, comienzos y fines. Al uso que doy de está herramienta se le puede considerar la más pueril pero la verdadera razón me la dio un lector ocasional cuando me dijo: " esto parece terapéutico" y es en efecto, porque lo he dicho muchas veces el blog es primeramente mío y después para quién lo guste leer, soy mi más frecuente lectora así como también mi más ferviente crítica. Es el espacio para mírarme a mí y dejar que los otros me vean, en este sentido me ha funcionado, he perdido el miedo a hablar de mi (ahora parezco una cactúa con charlas autobiográficas) y hasta mi lado débil y oscuro se ha aparecido, como también he aprendido a hacerme responsable de lo que publico, tarea nada fácil en ciertas ocasiones.
Para el primer aniversario de mi blog hice una selección de los post y trate de dividirlos en cuatro categorías : prosa, verso, cuento y ensayo. Nada riguroso, solo que se le pareciera. Los imprimí, les diseñé un seprador y los engargolé, me quedó una compilación de textos númerosos y se lo regalé a mí mamá por petición suya. Fue un buen ejercicio, no podía creer que todo aquello fue escrito por mí y que ya había pasado un año cuando dije "ya tengo un blog".

jueves, 5 de octubre de 2006

La socialización fome

“Este es supuestamente un hermoso mundo
y este falso hombre soy yo
tratando de contribuir.”
José del Paso.
A veces tengo ganas de convertirme en puro espíritu y deambular por la vida sin cuerpo, sin rostro, no ser mas que una sustancia volátil como una nube, que viene de un lado a otro arrastrada por el viento, que toma diferentes formas y sin cuerpo sólido. Pero mi espíritu este está atrapado en mi corporeidad, por eso mis movimientos son lentos, tengo necesidades y sobretodo me define una identidad, primero por mi género, luego por mi complexión y hasta el ultimo por el disfraz con el que lo cubro todos los días, que lejos de ser ropas y estilos, también se compone de códigos culturales y sociales. Es decir, estoy atrapada en un cuerpo que me define y limita a mi espíritu.

Es difícil evadir a la condición humana de cargar con una corporeidad que percibe el tiempo, la distancia y el espacio, pero sin embargo es lo que prometen los avances tecnológicos. Las vías de comunicación y los sistemas de transporte son más rápidos y eficientes, el tiempo de vida se alarga con los descubrimientos médicos y podemos tener acceso a otras culturas y lugares lejanos. El ser humano se expande más allá de su localidad.

¿Pero para qué? ¿Qué esa necesidad que lo lleva a desafiar a su naturaleza y su condición? ¿Para que “acércanos más” a los otros seres humanos? ¿Para qué abrir sistemas de comunicación que nos permitan estar en contacto más fácilmente? ¿Será hambre de conocimiento o exceso de soledad?

Existe un sexto continente donde se desafía a la corporeidad, el tiempo, el espacio y la distancia, se le llama la Red de Internet, en la que nos encontramos situados. Algunos le llaman una realidad virtual, otros lo definen como un mundo cibernético, otros llegan a hablar de hiperrealidad; discusiones científicas que tratan de aprehender y de entender este nuevo fenómeno. Para esa discusión dejo un link interesante.

Comúnmente algunos amigos me llaman “adicta al Messenger” por la cantidad de horas que paso en línea, no sé si también se refieran a que tengo un Blog, un Space en Messenger, una suscripción a YouTube, Hi5, Ringo, Gente Box Team, soy una asidua jugadora de domino, tengo una cuenta de correo en Hotmail, otra en Yahoo y una en Gmail. Uso Skype para la transmisión de voz, un programa que no uso que se llama I Visit para transmisión de video y audio y tengo un webcam. Un programa para bajar música, leo noticias en la red, escucho radio y tengo una lista de sitios favoritos que suelo visitar con frecuencia en busca de información. Y lo más interesante de todo es que tengo un nick con personalidad propia, La Lola, que hablar de ella seria muy interesante pero eso lo dejare para después.

Por increíble que parezca el párrafo anterior aun sé que me hace falta por conocer otras aplicaciones y otras tantas cosas más que circulan por la red. Pero lo descrito anteriormente me sitúa como casi una habitante completa de este mundo en línea. Que me da para escribir este post y tomar opinión, no quiero ser neutral está vez por lo que advierto que puede estar sesgado por mis opiniones personales.

Es que sencillamente hoy me harté de la socialización fome que se ha convertido en lo que deja más ganancias “haz amigos y encuentra tu pareja en la web” Antes que me caiga toda la mierda que sé que algunos tienen en la punta de la lengua, debo de reconocer que tengo al menos dos amigos que nunca los he tocado ni olido pero sin duda me conocen mejor que muchos de los que me rodean y el intercambio cultural e informativo no es para nada despreciable.

A lo que me refiero exactamente es a todos esos estupidos (perdón si hiero susceptibilidades) que se la pasan en el chat conociendo personas, que tienen una inscripción a Mejores Amigos y que les encantan los chat calientes y el intercambio sexual vía web. Me molesta de sobremanera, como también en la vida real, esa forma de contacto tan vacía, tan escueta, tan individualista, que se mueve por perfiles como si tu vida pudiera concentrarse en tus gustos y hábitos. Quisiera dejar en claro que no es una critica directa a las formas que al igual tienen sus funciones y sus repercusiones, a lo que me refiero es al modo.

¿Qué le pasa al ser humano? ¿Desde cuando el exceso de socialización se ha convertido en una soledad vacía? ¿Cuándo surgió esa necesidad de estar con todos y a la misma vez estar solo? Esto es como una noche de antro, las apariencias que al principio son provocativas te dejan un dolor de oídos, de pies, de cabeza, las cuatro crudas y menos centavos.

Si para Luigui Amara en su ensayo “Los impresentables” un feo en un centro comercial es un respiro ante tanta belleza homogenizada, creo que para mi un hombre solitario (por voluntad propia y porque disfruta de ello) es una mina de oro entre tanto pero tanto “dizque contacto humano”.
*Fome: Modismo Chileno que significa aburrido, sin chiste, simple.

miércoles, 4 de octubre de 2006

Tu regalo de Cumple

Hace una año en este mismo día llegó a mi celular un mensaje que decía “A day like today a God was born”

Ahora en este día de su cumpleaños me atrevo a regalarle la verdad, no es un Dios es un Diablo, sino hay que checar esto de Robert Lowell en “Arte y Maldad”:

(…) Lejos de ser el abogado del Diablo demuestra que Satanás es un mentiroso, un mal lógico, un fanfarrón autoengañado, una criatura que piensa sin descanso en si misma cuya platica es interminablemente autobiográfica.”

Todo parecido con la realidad no es mera coincidencia. Te quiero mucho ,“amigo”.

domingo, 1 de octubre de 2006

Conclusiones femeninas.

Los consejos de la “vieja escuela” funcionan, los hombres al final agradecen más una charla interesante con puntos de vista femeninos a que si tu blusa combinó perfecto con el cinturón y los zapatos.

De esa manera matas dos pájaros de un tiro: si le gustas físicamente va ser tu novio, sino le gustaste va seguir siendo tu amigo. Conclusión: en ninguna de las dos situaciones lo dejaste escapar.

Saludos queridas féminas amigas mías, seguiremos compartiendo consejos.