domingo, 17 de diciembre de 2006

Odiable Santa Lumiko

Odiable Santa Lumiko:

A través de este medio te mando mi lista de regalos. Advierto que cuestan mucho, pero creo que me he portado lo suficientemente mal este año para merecérmelos. Me harías desgraciadamente feliz si me los cumples.

Regalos:

Un disco con el sencillo “Los peces en el río” interpretado por ti.
Una coreografía con el tema “My hips don’t lie” de Shakira.
Un poema recitado en Ingles.
Un beso.
Una invitación a comer pescado frito a Chupicuaro.
Una cita con tu hermano pero que se lleve tu coche.
Un video porno “Las enfermeritas y el profesor de informática”
Una foto tuya besando a tu amiga la gorda.


Espero que te de gusto cuando leas este post porque estoy segura que no te va a costar ningún trabajo conseguir mis regalos de navidad ¿O si?

(Si, yo también te quiero ja! )

viernes, 8 de diciembre de 2006

Lugar común.

  • Primera parte.

1
Cerró el libro. Miro el reloj y se percató que estuvo leyendo por más de tres horas, se preguntaba si era libro quién la atrapaba o era porque no quería volver del viaje literario y enfrentar los compromisos. Se le hizo tarde como de costumbre, el tiempo no le era suficiente para tomar un baño y vestirse de manera presentable para los demás.

Mientras se miraba al espejo, indagaba sobre la cuestión de ser un personaje literario. Pensaba sobre la comodidad de que alguien le dictara cómo ser, qué decir, resolverle los conflictos y tener la certeza de tener un final feliz. Lo creía una idea tan seductora que fue a su pequeño estudio a buscar un personaje a quien imitar, comenzaba a leer rigurosamente los veinte títulos para elegir la mejor trama que vivir. Estaba en la cuestión cuando sonó su celular. Era la voz terrífica, subida a un punto de saturación extrema de su mejor amigo , le reclamaba su impuntualidad. Dio una excusa poco creíble, colgó el teléfono y salio corriendo con el pelo mojado.

2
¡Maldición otra vez tarde! Creo que lo más rudo de la impuntualidad es inventar mentiras que parezcan verdad al decirlas, poner cara de perrito lastimoso y pedir tantas veces perdón como sea necesario, para que cambien esa mueca de aquí huele a caca ¡Carajo! Algún día se me van a acabar los pretextos y tendré que responder con la verdad – queridos amigos llegue tarde porque no me importan sus reuniones tan estupidas, ¿Cuál es la importancia de discutir sobre la cotidianeidad de sus vidas cuando no tengo resueltos mis principios existenciales?- Pero que les importa, mientras traguen, beban y cojan, la vida para ustedes se asemeja a un idílico paraíso que no vale la pena cuestionar. ¡Si yo fuera así de básica! Creo que perdería menos neuronas preguntándome por qué mi alma ligera está enfrascada en este cuerpo pesado. ¡Vaya que estoy loca, por eso nadie me aguanta!

3.
Salió del tren casi corriendo, ante aquella marejada de gente apretujada no le importaba empujar a quien se le pusiera enfrente. Odiaba la ciudad, odiaba a las multitudes y sufría de claustrofobia. Agitada por trepar corriendo 60 escalones asomó la cabeza fuera del túnel para leer el nombre de la calle, no podía creerlo, se paró frente a la señal con ganas de cambiar el Franciso I. Madero por el Miguel Hidalgo y Costilla. Así como existen 100 años de diferencia entre la Revolución y la Independencia, así se encontraban de lejos sus amigos en el Bar, se había pasado la estación. Miro el celular, dos horas retrasada, no tenia caso volver. Encontró una cafetería media vacía, entró, pidió un vino tinto, saco un cigarro y de nuevo se interno en ella misma.

4.
¿Será un suicidio pasivo esto que cometo al inhalar el humo y recorrerlo por mi garganta, la traquea y los pulmones? ¿Será que me entierro en vida al esconderme de la gente y evadir mi vida? ¿Por qué mejor no pienso en la muerte? ¡Qué bárbara! Yo que me cuido tanto de no caer en los clichés y no hago más que repetirlos. La muerte es el lugar más común que conozco. La vida es un accidente, solo la muerte es una certeza. No sabemos quien va a nacer, pero si sabemos que va a morir. ¿Y la existencia? Jodida existencia. ¡Pinche Sartre! No tuvo caso leerte, no encontré soluciones, sólo más preguntas. ¿Acaso tu intelecto filosófico te dio para encontrar la felicidad? ¿Por lo menos un jodido sentido de vida ante el vació existencial que tanto promueve el tal Victor –E-.- F-r-a-n-k-l? Me estoy agotando. Me encantaría que el cerebro parara por un instante y me diera el placer de quedarse en blanco por un segundo.

5.
Le pareció una autómata aquella mujer sentada junto al cristal de la cafetería, despeinada por la humedad del lugar, con la mirada fija en la copa de tinto y el constante inhalar - exhalar el cigarro. Se acercó a obsérvala, se puso por fuera del local y ella no se percató de su obvia presencia. Le pareció una chica con poca gracia, pero ese aire de inferencia lo provocaba de una manera terrible. Tenia ganas de adivinarle la historia, sino crearle alguna, por eso entró a la cafetería y se sentó frente a ella. Sofía levantó la mirada y saltó de un susto. El joven de unos treinta y pico, con barba en forma de candado, entradas en la cabeza, ojos miel y labios gruesos le dijo – No sé asuste por favor, me llamó Eduardo, soy escritor, ¿puedo acompañarla a tomar una copa?-

Continuará….

Mi Taxonomia emocional para principiantes:


Sobre la intención: Por las buenas soy buena por las malas, lo dudo.
Aunque suelo ser buena la mayoría del tiempo, menos cuando me provocan.
Sobre la reacción: A cada acción le corresponde una reacción y con ello una consecuencia.
Del amor al odio hay un paso, pero una vez odiando ese paso es irreversible.
Si me persiguen huyo, si huyen persigo.
Si me atacan, me defiendo.
Si me piden un favor, lo hago.
Si me invitan con anticipación, voy.
Si me necesitan, estoy.
Si me piden perdón, perdono pero a veces no olvido.
Si me prometen, me cumplen.
Si doy algo, espero las gracias.
Si me entrego, me doy completa sino mejor no le hago al cuento.
Soy buena persona, con quién se lo merece.
Yo escojo, no me escogen.
Y soy arisca, necia y orgullosa.

¡!!Soy tan básica que se me hace raro que algunas personas no me puedan entender y tengan tanto tiempo tratandome!!!

jueves, 7 de diciembre de 2006

Magia.

Solo desaparecí a la Lola y parece que los cambios se empiezan vislumbrar… ahora me dicen ¡estás rara!.. Vaya que funcionó matarla. Jajajaja.

sábado, 2 de diciembre de 2006

Des-querer.

Los días comienzan a tornarse cada vez más helados, puedo sentir el viento frió acariciándome el rostro, estremeciendo mi cuerpo y pintándome la nariz de rojo. Diciembre llegó. Y la sensibilidad interior se vuelca a mi piel así como también los pensamientos que comienza a moverse a manera de péndulo en mi mente tratando de sintetizar mi existencia.

Navidad dicen que es el tiempo del amor, la fecha permisible para hacer grandes demostraciones de cariño, la época donde se pactan treguas entre enemigos, se reciben abrazos, se expresan buenos deseos y sentimientos sublimes. La gente se hincha de dar y recibir amor.

Me rehúso a caer en un cliché tan popular y barato. Mi intención en esta época decembrina no será querer más sino aprender a querer mejor. El amor es un valor que todos los seres humanos poseemos en diferente medida. Unos están más capacitados para darlo más que otros y existe uno que otro que puede sobrevivir con dosis muy pequeñas.

Sentir amor por el prójimo es un sentimiento tan sublime que es de tontos repartirlo sin control y al por mayor. Aconsejan que uno debe de dar con la intención de no recibir nada a cambio, yo digo que no, es de estupidos no reconocer que cuando damos amor, esperamos amor. Quizás lo correcto no es pretender recibir de más, sino lo justo.

Creo que los detalles, la atención, el acompañamiento, el perdón, los consejos etcétera, que tenemos hacia los demás deben en cierta medida de ser reconocidos porque son valiosos, porque provienen de un ser humano y obedece a los propios principios del amor.

Pero sucede que malqueremos: o damos de más o de menos a quien no le corresponde esa cuota. A veces sobreabundamos solo por un capricho de sentirnos atendidos por alguien al que no le interesa, no valora y ni siquiera se da cuenta del cariño que uno le profana.

Por eso des-querer a alguien no es tan mala idea, en vez de quererlo más ¿por qué mejor no menos? Para que todo se iguale en la balanza y no tengamos que sufrir por la pena de no sentirnos valorados. Es una regla que puede sonar egoísta pero creo que es demasiado práctica, aprender a amar en la medida en que somos amados.

¿Suena esto demasiado soberbio? ¿Se preguntan que cómo me sentiré cuando a mi me desquieran? Ya me ha pasado y si uno no sufre de dosis altas de ego, se siente una completa liberación porque el intercambio es justo y te quieren en la medida que los quieres.

El amor es el sentimiento más humano, creo firmemente en él y en su poder, por eso defiendo el mío. Y reitero mi intención de no despilfarran promesas amorosas este diciembre, sino amar a las personas en la medida justa de lo que son capaces de ofrecer.