sábado, 31 de julio de 2010

=)

La espontaniedad, la improvisación y mis nuevos tenis negros... me regalaron un sábado a salvo... se puede, claro que se puede, seguir adelante.

I wanna life...

Soltera y sin compromisos,
mi mejor amigo de party time se acaba de ir a vivir a otra ciudad.
Mi hermana se regresó a su ciudad.
En pocas palabras.. estoy jodida jajaja.

Sábado, sin planes, y con ganas de escapar de la rutina.
I wanna life, i wanna dance... la canción del sàbado....

Y no sé que jodidos toca Goldfrapp, ¿electro-pop? Pero me encanta. Head First es más easylistening, pero no deja de agradarme tu toque "girly".


miércoles, 28 de julio de 2010

La canción de diario....

Yo no veo otra salida, no quiero ver pasar la vida sin que la vida pase a través de mí, y aunque falte tal vez bastante, tengo tiempo y tengo paciencia, porque te quiero en mi existencia de cualquier modo.
Si, tengo tiempo y tengo paciencia, claro, para jugar como las niñas aunque tenga que aguantarme las ganas de llegar de un salto.
Quizàs la lección esta vez sea: Aprender a esperar por las cosas que sí valen la pena... ¡Blog, por què esto me pego tan fuerteeeee! Yo debería de estar de luto ¿por qué? ¿por qué? =S

martes, 27 de julio de 2010

Soy tu fan..

Llegué media hora tarde, mis tacones sonaban por toda la agencia. Me reprochaba el tiempo atrasado y mi look de un día de oficina pesado. Todos estaban ya presentes, con las computadoras portátiles encendidas y a cinco minutos de haber comenzado la junta.

Me incorporé rápidamente y en silencio, al final de la mesa, en el punto exacto donde no encontrarme con tu mirada. Tú exponías los puntos, hablabas de tus ideas y yo trataba de concentrarme en teclear cualquier cosa en la notebook, no podía verte a la cara, porque sabía que esa sonrisa delatora podría revelarse en mis labios.
Te veías tan guapo como siempre, ahora con tu suéter café, tus jeans y tenis. Todo un creativo sin pretensiones de extravagancia. ¿Cuándo me di cuenta que realmente me gustabas? Quizás a la tercera vez que te vi con tu camisa de leñador. Me gusta tu altura, la forma de tu espalda, tus brazos masculinos y tus piernas torneadas. Me gusta tu sonrisa que regalas tan espontáneamente. Me gusta tu amabilidad y tu paciencia. Hasta tu nariz y tus labios gruesos.

Y sentada al otro extremo de la sala en momentos pienso en ti, ¿en cómo serás? ¿Si tendrás una novia? ¿Qué harás los fines de semana? ¿Qué música te gustara? ¿Te gusta Morrissey?

Trato de no mirarte, trato no hablar para no hacerme notar. Y por fin llega ese momento, el mejor de mi día. Quitas los ojos de la pantalla y los diriges directo a mí, en cuanto me cruzó con tu mirada evidentemente muevo los ojos hacia otra dirección, escapando del contacto directo contigo. Y terminó con ese momento.

Es muy probable que ni siquiera lo hayas notado, tal vez no fue tu intensión buscarme la cara, es más, pudiera ser que ni siquiera te dirigiste a mí.

Cuando me despido de ti me das la mano, pero yo te tomó del hombro sin aceptarte el saludo y te beso convencionalmente, con un beso frio, muy formal. Sales corriendo de la sala de juntas, y otra vez, como todas las semanas me quedó con las ganas de conocerte.

Quisiera actuar naturalmente pero no puedo evidenciar lo que provocas en mí, por eso mi frialdad y por eso mi silencio. Tú no te imaginas, ni siquiera te pasa por la cabeza que ahora escribo sobre ti, y que alimento mi imaginación con tu persona.
Eres un gustito secreto, de esos que sé disfruta tener, una ilusión que se conserva en una caja de cristal, y se cuida para no romperse. Y quizás algún día, con mucho más valor, y más confianza te pueda decir -¿quieres salir conmigo?


lunes, 26 de julio de 2010

Tu agonía.

Dime que se siente abrir los ojos y sentirte solo. Estás en ese cuarto frio, en una cama dura que parece camilla de los años cincuenta. Hace frio, la luz del sol que se cuela por una ventana empañada te lastima los ojos y te hace despertar. Tiemblas, juntas tus manos, llevas tus rodillas al pecho buscando calor en tu propio cuerpo. Ahí yaces, famélico, débil.

No puedes pensar, aprietas los dientes para no tiritar. Tu piel morena se pinta de blanco, tu desnudez expone lo que escondes debajo de tus sonrisas falsas. Siempre haz sido un maestro de las formas, malabarista de los supuestos, consagrado de la virtud, pero siempre sin fondos, sin compromisos, sin humanidad. Un maniquí mecánico que busca ser perfecto por fuera y devora arte para adornarse, pero no para humanizarse.

Y ahora ahí estás, solo, nadie te espera. Las musas que velaban tu sueño se fueron una a una y poco a poco. Las ninfas que quisiste tener como mascotas soltaron la correa y se largaron a caminar por el mundo. Ninguna te llama, ninguna te felicita en tus cumpleaños, y algunas ni siquiera te devuelven el saludo cuando te ven por la calle. Ninguna quiere volver, festejan su libertad lamentan por la siguiente víctima tuya.

Esas son tus mujeres, las que caminan escondiendo los golpes que les diste bajo sonrisas asesinas. Que llevan marcas en el cuello porque la asfixiaste con tu control. Sus ojos siempre van hinchados de sangre, por las lágrimas que les obligaste a derramar para tu auto veneración.

Asomas la cara por la ventana y vuelves a ver a esas ninfas. Tan lejos de tí, tan bellas en sus vestidos, con los cabellos resplandecientes y los labios color rojo manzana. Y felices, con anillos y guitarras al lado de otros hombres que se ganaron el derecho de hacerlas plenas.

Anda, dime que se siente, que todas salgan corriendo de tu lado, con más ganas de huir que de construir puentes contigo. Tus palabras envenenadas tratan de herir mi espíritu e interrumpir mi sueño, no lo intentes, es imposible, yo vivo custodiada por el alma de los hombres que ame, se llevaron su cuerpo pero me dejaron su espíritu. El amor ilumina mi pieza.

Por eso no me digas que ahora entiendes muchas cosas, porque yo las tuyas las entendí desde hace mucho tiempo, y fui la única que tuvo el valor de volver a tocar a tu puerta, me despediste con piedras. Te inventas un corazón de hierro manipulado por la razón, lo sobrevaloras.

Vuelves a tu cama, aprietas los puños y le das a la pared. Mientras te duela, es mientras estoy. No puedes con eso, el dolor siempre te ha importando más que a mí.

domingo, 25 de julio de 2010

Musical Sunday

I was blessed with a big ears for listen all kind of good music.
Many will be agree with me, anothers one will prefer a different genres, but im pretty sure that as much music you listen as much your grown like a human.
FUCK I LOVE MUSIC!!





I drive the hearse...

And silence is another way
Of saying what I wanna say
And lying is another way
Of hoping it will go away
And you were always my mistake...

Porcupine Tree, Incident, I drive the hearse..

martes, 20 de julio de 2010

Volver, volver, volver

Hace unos días, después de una redundancia situacional y una discusión messengeriana, caí en la cuenta que estoy viviendo un Deja Vú, es decir, actuando dentro de la misma escena, claro que esto tiene sus cambios, la vida siempre está en constante movimiento.

Entonces me ví en la misma situación que hace tres años, bajo las mismas condiciones y el mismo reto a cuestas. Descubrí en ese momento que la vida me está dando una segunda oportunidad. Podría haberme tirado al suelo a llorar, pero decidí enfrentarlo y hacer las cosas como me hubiera gustado hacerlas antes.

Y estoy feliz. Al fin se acabó un sentimiento tormentoso que me duro dos años. Y ya no tengo reproches, y me encanta que estemos reconstruyendo una relación con una buena amistad, y que ya no me ponga histérica por todo. Que los que no eran mis amigos, jajaja, ahora son mis amigos, y que puedo pasar una tarde viendo películas, colándome en sus cumpleaños, bebiendo cerveza nacional con una tranquilidad y estima como se dan pocas veces.

Mis amigos ahí siguen, los viejos y los que hice en el camino, con los que puedo compartir infinidad de cosas y aprender de ellos. ¡Mi música rara! Mi amor por está ciudad llena de opciones, el estrés, mi relación de amor odio con mi trabajo, el despertarse temprano, la alberca clorada, el ejercicio... etc.

Y antes de hablar de cosas tristes o mencionar una faltante, le pongo fin a este post.
Estoy agradecida por las segundas oportunidades, aunque es una presión fuerte saber que no puedo volver a fallar, aún así, me siento bien y en paz.

viernes, 16 de julio de 2010

Au Revoir Simone

Banda Neyorquina que toca "Dream Pop", para más detalles de su estilo comprar sus discos y leer sus reseñas. Ja!

Punto de vista personal: Me encontré con un disco de remixes, colaboraron con ellas mùsicos como Jen Lenkman entre otros que ayudaron a mejorar sus canciones. Justamente la que posteo es la que trabajó Jen, y prefiero el remix. (ésta es la canciòn original)

Para más información sobre el disco de remixes visitar musiteka.net.

De manera global, me gusta la banda, las canciones, el concepto, muy "girly indie".. oh yeah!

jueves, 15 de julio de 2010

Dos Camas Vacías

Desde que escuche la letra de esta canción me case con ella. Me gusta su medida desgarradora, su sensatez y su lado sexual. Un himno para todos mis fracasos que terminan en dos camas vacías.

Intro:

“Todas las noches fueron noches de boda”, y Joaquín Sabina el padrino de nupcias. Les cantó en vivo, y les regalo su testimonio de vida en un libro viajero, con muchos kilómetros encima. Cuando los viajeros rompieron el contrato quedó un hotel ejecutivo con dos camas vacías.



No fuiste el primero, pero si fuiste el último.

miércoles, 14 de julio de 2010

12 horas

12 horas frente a la computadora hace que mi vida sea ligeramente más aburrida.

Por eso me divierto escribiendo en el blog.

Adiós vida social, bienvenida vida virtual, sin farmville. =S

martes, 13 de julio de 2010

Otro día

Otro días más que hago como que nada me importa, aunque escuche canciones a escondidas.

Otro día más que dejo que el huracán rompa dentro de mi pecho, sin que toque la orilla del mundo de los demás.

Otro día neutralizando reproches, olvidando recuerdos, buscando las palabras adecuadas, tratando de reaccionar de otro modo.

Otro día, en contingencia, tratando de flotar sin perder la sonrisa.

Otro día, y otro día, y otro día que tacho en el calendario con la rabia de no tener control sobre las cosas que me dañan, y luchar contra ellas sin bajar los ojos y sin mostrar las tripas.

Otro día en manos de prudencia.

Porque fuimos lo que fuimos..

Maldita canción, la odio pero me gusta. Ja!
Me gusta ser cursi de vez en cuando...




Porque entre el lunes y el martes, me sobra tiempo para necesitarte
Porque me miento si digo, que tu mirada no fue mi mejor testigo
Porque aunque ya no me duelas, a veces busco tu nombre en mi chistera
Porque aún no vino el olvido, para llevarse el último de tus abrigos

Por los besos que aún nos quedan en la boca
por los miles de homenajes que nos dimos
por nadar y no guardar nunca la ropa
por los dedos juguetones del destino
porque fuimos lo que fuimos, porque fuimos lo que fuimos...

Porque puesto a confesarte, aún le tengo miedo a tenerte delante
Porque en cuanto me descuido, me atropella algún recuerdo en el pasillo
Porque no puedo negarte, que te quise sin querer y más que a nadie
Porque mi doctor previno, que para este corazón estás prohibido

domingo, 11 de julio de 2010

Escribir, un oficio.

Todo empezó con un “Adiós Princesa” que me topé en el departamento de mi amiga Lucy. Libro que leí a mi arribo a la Ciudad de México. El libro me atrapó y fue significativo en ese viaje porque recreaba la atmosfera de la capital al mismo tiempo que yo la vivía. Aproveché el contacto social de mi amiga con el autor del libro para agregarlo a mi facebook. Con el tiempo mi amistad con el escritor creció vía virtual.

Pasó mucho tiempo hasta que logramos coincidir, vino de visita a la ciudad y tomé la oportunidad de conocerlo. Un sábado lluvioso y que pintaba para muy tranquilo se convirtió en una tarde con un escritor. Hice gala de mis habilidades como anfitriona y aproveché la oportunidad para hablar sobre el oficio de escribir, tenía enfrente de mí a un escritor, no podía perder esa oportunidad.

La tarde se dilató entre deliberaciones sobre libros, cine, música y Morrissey; en un marco adornado por carnes en su jugo, un café de Chapultepec, jazz callejero y la pelea del Canelo. Los temas fueron varios, agradecí la oportunidad de charlar con un tipo que puede ampliar mi espectro cultural.

Mientras narraba sobre sus experiencias como escritor, la novela que está por terminar y los gajes del oficio; aprendí que aunque Oscar Wilde sostenga que para escribir sólo es necesario tener algo que contar y decirlo, el oficio no es nada sencillo.

Tener algo que contar ¿qué es lo que sabemos, vivimos, conocemos que pueda interesarle a los demás? Y el segundo punto, decirlo, ¿a quién y cómo decirlo? Es otra tarea abrumadora. Las historias son temas complejos, llenos de laberintos y terreno desconocido hasta para la persona que las escribe.

Las letras también maduran con la practica, con la cultura, y hasta con las experiencias de vida del escritor. Compartió conmigo que alguna vez en un taller con Eusebio Ruvalcaba, escritor tapatío, les dijo a sus alumnos que compraran un cuaderno y transcribieran con su puño y letra a Pedro Paramo; porque al igual que los músicos ensayan y escriben las notas de los grandes autores, el escritor debería de hacer lo mismo porque la lectura es más rápida que la escritura, y en el ejercicio de copiado se pueden advertir más detalles sobre el lenguaje y el estilo del escritor.

Además, escribir bien y escribir bonito son dos cosas diferentes, pero al mismo tiempo complementarias. Y como lo dice Cortazar, el oficio de escribir es como el box, la novela es una pelea que se gana por puntos, y el cuento por knock out. La asesoría fue intensa, lo bueno es que siempre fue dentro de una charla muy amena.

Aunque a veces escribo nunca ha sido mi intensión ser escritora. Y cuando lo hago es como un ejercicio de escritura libre, lo que va saliendo es lo que se va plasmando. Por lo que si alguna vez me tomo todo esto en serio, lo que me tocará aprender es a crear una historia. Con ello me refiero a estructurarla, deshebrarla, contemplarla. La palabra oficio se refiere a aquello que se practica diariamente hasta conseguir una muy buena ejecución. Es una actividad relacionada a “hacer” más que al deliberar. El oficio se trasmite de generación a generación. Aunque los oficios necesitan de una especialización en cierta medida, es la experiencia la que va guiando al ejecutante.

Escribir, escribir, escribir. Para mí es un tema complicado, a veces es una necesidad, una imperiosa necesidad por plasmar lo que pienso. Independientemente, estoy contenta porque tengo un Adiós Princesa autografiado. Suerte la mía.

Dear Prudence..

Maldita PRUDENCIA... por qué es tan díficil contenerme??

You have kill me



Pasolini is me
'Accattone' you'll be
I entered nothing and nothing entered me
'Til you came with the key
And you did your best but

As I live and breathe
You have killed me
You have killed me
Yes I walk around somehow
But you have killed me
You have killed me

Piazza Cavour, what's my life for?

Visconti is me
Magnani you'll never be
I entered nothing and nothing entered me
'Til you came with the key
And you did your best but

As I live and breathe
You have killed me
You have killed me
Yes, I walk around somehow
But you have killed me
You have killed me

Who am I that I come to be here...?

As I live and breathe
You have killed me
You have killed me
Yes I walk around somehow
But you have killed me
You have killed me

And there is no point saying this again
there is no point saying this again
But I forgive you, I forgive you
Always I do forgive you.

viernes, 9 de julio de 2010

Naturaleza salvaje

Me despertó una naranja que cayó en mi cabeza. Mi apacible siesta de una tarde de verano en el valle se vio abruptamente interrumpida por la fuerza de la gravedad. Únicamente pensaba en el dolor del golpe, alguien ya había descubierto la Ley de la Gravedad por lo que dediqué a maldecir las fuerzas del universo. En ese momento lo romántico de dormir al aire libre se convirtió en un martirio al ver los piquetes de moscos en mis piernas, y las formas de las hierbas grabadas en mi espalda. Me levanté y tomé la bicicleta de vuelta a la cabaña.


En medio de aquella soledad y al ver el sol poniéndose me pregunté cómo era posible que me fastidiara tanto de las cosas y de mi poca tolerancia a sufrir incomodidades. Fue cuando me di cuenta que prefería disfrutar de la naturaleza en revistas y películas. No soy mujer para el campo. La puesta de sol me regalaba un momento único pero mis deliberaciones son mis deliberaciones y decidí no detenerme.


Un sapo enorme se cruzó en mi camino, tuve que frenar para no llevarme aquel animal. Era asqueroso y negro. Enojada me detuve a reclamarle, a gritarle y quejarme de mi situación. Fui callada rápidamente cuando escuché que el sapo me respondió – ¡Vaya tu neurosis citadina!- Nunca programé como reaccionar ante esos sucesos por lo que me quedé paralizada por un momento, luego empecé a gritar, y en mis cinco minutos de frenesí decidí que lo mejor era corroborar que el sapo me había hablado. Podría ser mi mente quien me jugará un mal truco.


-¿Señor sapo usted habla?- Le pregunté al animal exótico. Me acerqué cada vez más y más, y le repetí la pregunta de una manera más amable – ¡Oye animal del demonio, te estoy haciendo una pregunta, responde cuando la gente te pregunta- De repente el sapo saltó hacia mi cara y osadamente me besó. Sentí la baba de su piel por mis labios, la sensación más repugnante que ahora sé habría sentido en mi vida. Enojada lo amenacé con pisarlo, y me dispuse a hacerlo, pero saltó tan alto que se agarró de mi pecho. Trataba de escalar hacia mi cara otra vez y no podía sacarlo por lo que me quite el top. Lo envolví y lo atropellé con la bicicleta. Sentí como la llanta hacia explotar al sapo violador, como sus entrañas se esparcían por mi blusa. Suspiré tranquila, mi superioridad humana destruyó a un sapo lascivo.


Sentí como el viento frío me recorrió la espalda y me erizó la piel. Deje la bicicleta junto a un árbol y decidí seguir a pie, tenía mucho frio por lo que me cubrí el pecho con los brazos. La ráfaga no dejaba de soplar, pasaba por mi cabello, por mi cuello, por mis talones. Pronto descubrí que me estaba siguiendo. Sopló tan fuerte y de frente que se me obligó a descubrir mis brazos para mantener el equilibrio, cuando tuve el pecho desnudo el viento se dedicó a acariciar mis senos. Ya no era frío, ahora era cálido y manso. Me asusté por lo que me volví a cubrir y comencé a correr. La corriente me siguió, se enredo entre mis piernas y me pasó por en medio vigorosamente, tanto que desgarró la mezclilla. Busqué desesperadamente un escondite y me resguarde. Me quite los pantalones, ya no tenía caso seguir vistiéndolos, estaban hechos trizas. A los pocos minutos el viento cesó.


Salí de la cueva sigilosamente, la noche ya había caído. No podía creer lo que acababa de suceder. Asustada, medio desnuda, y nerviosa sólo se me ocurrió correr, correr lo más rápido posible. Mis pisadas estrujaban las hojas del suelo y después de subir una pendiente logré ver la luz de la cabaña al fondo, ya no faltaba mucho para llegar a mi destino.


Mis oídos comenzaron a agudizarse al escuchar hojas estrujándose más rápido que a mi ritmo, voltee el rostro y un lobo venía directo a mí, alcancé a ver el furor de su mirada a través de la espesa oscuridad que producían los árboles. Traté de correr más rápido cuando fue derribada por el lobo. Quede boca arriba frente al animal salvaje, tenía su cabeza en mi cara, su saliva caía por mi pecho y sentía su aliento caliente y apestoso.


Cerré los ojos, quería evadir el momento. Apreté los dientes, esperaba el ataque sin embargo el lobo comenzó a lamerme de principio a fin. Sentía todo su pelaje por todo el cuerpo. Sentía su lengua caliente y suave subir y bajar por mi cuello, mis brazos, mis piernas, mi estomago, mis pechos, mi vientre. Comencé a llorar. La irrealidad había rebasado mis expectativas, no sabía cómo reaccionar. Aquello no era placentero, era una afrenta a mi estabilidad emocional.


Aproveché que el lobo estaba manso para pensar en cómo librarme. Concentré la poca fuerza que me quedaba en las piernas y las use para empujarlo de mí. El lobo salió disparado a muy pocos centímetros, solo logré ponerme de pie. Quedamos frente a frente y no hice otra cosa más que correr, tomé una rama del suelo y enfrente al lobo con toda mi furia. No dejaba de pegarle en la cabeza, luego en el estomago, otra vez en la cabeza, le picaba los ojos, otra vez en el estomago hasta que terminó por huir.


Agotada no pude contener el llanto. Tuve que reponerme del sentimiento para tratar llegar a la cabaña. A los pocos metros comencé a gritar a pedir auxilio. Mis amigos salieron a mi auxilio, en cuanto me tomaron me desmayé.


Abrí los ojos, estaba metida en la cama, cobijada y una amiga a mi lado. Al verme reaccionar se acercó y me preguntó que había pasado. Quise contarle, pero sabía que podría sonar irreal. Entonces le dije que un hombre había tratado de abusar de mí en el bosque. Alarmada bajo a contarle al resto del grupo. No pude levantarme para detenerla, en el bullicio escuché que tomaron los rifles y salieron al bosque, me dieron nauseas y volví a quedarme dormida.


Al despertar baje a la cocina. Todos estaban en silencio alrededor de la mesa sin pronunciar una palabra. Me llevaron al auto y partimos hacia la ciudad. Nadie hablo, jamás se comentó lo sucedido, nunca supe que realmente sucedió. Al cruzar el último puente vi a un hombre con ojos de sapo, los ojos y el pecho enrojecidos. Al mirarlo me sonrió y me mostró los colmillos, y al instante como el aire se esfumó.

miércoles, 7 de julio de 2010

C´est la vie!

Cuando cierta música suena a nostalgia, me doy cuenta de cómo ha pasado el tiempo. No son años, no son décadas, son meses, semanas, días. La existencia se actualiza cada vez más a prisa. Ya no existe “el para siempre”, “hasta la muerte”, “hasta que ya no funcione”. Los tiempos de caducidad son más cortos, pero como la vida no se detiene, los cambios son más frecuentes.

Estoy frente a la PC de mi casa como hace semanas que no lo hacía, desde que Aspasia apareció. Recorro inquieta toda la colección de música y me siento extraña a algo que es tan mío. Las canciones me remiten a sensaciones del pasado. Quizás suene exagerada al siempre puntualizar en mi discurso los cambios rápidos, pero es que siempre caigo en la cuenta que todo conmigo es fugaz y es intenso.

Me he acostumbrado a enfrentarme con nuevas situaciones, pero hay veces que me siento cansada. No me representa un motivo para parar, pero si para pausar varios aspectos en mi vida. Las prioridades, las personas, la música, las actividades cambian y cambian y cambian; durante ese camino estoy segura que cada vez asimiló mi autenticidad, porque lo que nunca se modifica es lo que realmente soy. Es irónico, y es verdad que no he dejado hablar de mí, pero es que en esta ocasión no tengo argumentos para explicar lo que observo desde terceros ojos. La percepción que tengo del mundo es subjetiva a lo que soy, y me gusta compartirla de vez en cuando para averiguar si sucede lo mismo con los otros. Quiero descubrir esos puentes que me hacen similar a los demás, no es porque me sienta especial o diferente, simplemente porque no me quiero sentir sola.

¿Qué es lo que se queda y lo qué se va en esta marea que no para de tocar tierra y regresar al océano? Entre risas mi hermano me decía que él quisiera conocer una persona que me dijera las cosas y yo no le pusiera objeción. Es verdad, soy exasperante. Soy un muro contra el que chocan las buenas intensiones, y los buenos consejos. Soy capaz de desesperar a cualquiera, pero lo que ignoran es que lo más difícil de aceptar de mi parte, es lo que más perdura o lo único que se clava.

No soy capaz de aceptar las cosas porque sí. Necesito deshebrarlas, meterlas en conflicto, enfrentarme a ellas, no importa si llego a la misma conclusión. Durante estos días aprendí que las personas sólo vienen la experiencia del aprendizaje cuando toman la responsabilidad del mismo. Conmigo esa regla aplica al doble. Odio volver a re-trabajar, pero sospecho que es la única manera de hacer entender a mi necia cabeza.

Me siento diferente, no sé si sea diferente pero me siento así. Yo pensé que huyendo de “Pepe El Grillo” los ecos de su voz no me iban a alcanzar. Soy una ingenua. No me di cuenta que muchas de esas palabras se taladraron en mi juicio. Y ahora soy yo quien las repito. ¡Qué destino tan impredecible! No se perciben las huellas hasta que la ola abandona la orilla.

Por otro lado me pone ansiosa enfrentarme a los recuerdos recién desempacados, no quiero que me confundan. Comienzo a sentir una ligera melancolía, es como ver los dos meses anteriores en una película lejana. Me siento distante, demasiado lejos de lo que estuvo a la vuelta de la esquina. No sé en qué momento la llama se encendió y se apago. Se consumió al hecho de qué esas emociones que sentí, esas sensaciones, esos momentos me parecen ya ajenos. Como un sueño, como algo irreal. Es como si me hubiera muerto y ahora fuera un fantasma que puede volver al pasado, y mira las escenas, y no las entiende. Soy terca, no puedo permitirme la liviandad. Aunque lo parezca, los sentimientos no son cartas que mostramos y cambiamos a nuestra conveniencia. Son el resultado de un proceso espiritual, una conexión. El amor no se regala como un promocional publicitario.

Pero quizás esas sean solamente mis ideas. Quizás las relaciones humanas están destinadas a no trascender jamás. A ser tan definitivas, a volverse huecas, frías. Se huye, se teme, se esconde, de la persona con la que alguna vez, quién sabe dónde, no sé sabe por qué, no sólo desnudamos el cuerpo, sino también parte de nosotros.

C´est la vie! Life goes on… Éstas son únicamente pausas, las sencillas y humildes deliberaciones de la chica más común de su cuadra. El mundo y su complejidad nunca dejan de sorprenderme, soy incapaz de abstraerlo pero le presto mi existencia para que escriba en ella sus ensayos de prueba y error.

No es la declaración de una victoria, ni siquiera he comenzado a pelar las batallas más duras. Es la primera página del diario de un viaje, al fin y al cabo, no puedo detener los cambios.

sábado, 3 de julio de 2010

Common People

Yo soy una chica común, tan común que soy màs común que cualquier hija de vecina.
Sin cara de princesa y sin cuerpo de diosa, menos reina del baile.
Con una inteligencia promedio, negada para las matemáticas y las manualidades pero más o menos destacable en la literatura e historia. Muy poco naturalista, demasiado socialista.

La ciudad donde crecì a los ojos de cualquiera resulta aburrida y sin gracia, por lo que no tengo el toque ni parisino, ni neyorquino, es más, ni marca De Efe. Jamàs algún hombre se ha enamorado perdidamente de mí, no tengo más trofeos que mi diploma de puntualidad de la primaria, y a lo mucho, solo he tenido un novio decente en mi vida que cuando tuvo la oportunidad me dejó y se buscó a otra.

Si, en definitivo soy una chica común, màs común que cualquier hija de vecina. No me voy a complicar, no hago magia ni soy especial, soy comùn, muy comùn, demasiado comùn, cosa que chica raras, diferentes, complicadas, demasiado bonitas, demasiado inteligentes envidian de mì, esa paz que te da ser una chica común, predecible, sin tanta gracia.

¡Viva la gente común! ¡Qué viva ese amor de gente común a gente común! Porque quizás en lo comùn, se encuentre la felicidad.