domingo, 28 de diciembre de 2008

Sweet Zacapu

La aventura comenzó desde el miércoles en la mañana. Era la primera vez que manejaba en carretera, iba contenta por haber tomado esa iniciativa pero un tanto nerviosa por las curvas de la carretera libre. ïncreiblemente, y para susto de mis padres y familiares, alcancé velocidades de 140 y 160 km/hr. Claro, el coche casi de deshacía jajaja.

Fue lindo llegar y estar en familia, con los propios rituales de la mía. No me salvé de los sermones por manejar tan rápido a mi escasa experiencia en el volante, y ni de que me reclamaran por llorarle tanto a un ex jajajaja. Pero en fin, supe evadir las culpas dandoles ligeramente el avión, creo que todo mundo tiene su proceso y quizás hay cosas que no se hacer bien por mi corta edad, pero voy avanzando.

Después de los día de rigor de familia comenzó la rutina social. La visita anual a Zacapu de mi amigo Luis Mi, que está vez tuvo algo que adenalinica porque lo llevé a visitar la casa de sus futuros suegros jajaja. La borrachera con mis amigas con vino tinto y canciones de The Pixes y The Hives, eso nunca lo hubiera imaginado. Y la noche del Chai al día siguiente, con los propios ritos de la sociedad zacapense.

Eso de la socialité tenía mucho que lo practicaba, y no me fue tan mal... saludé a muchos viejos conocidos, ligue con unos nuevos y el trago me salió gratis jajaja. Se siente extraño que todo mundo reconozca que ya eres una de las ausentes del lugar. Es verdad, me sientó más de acá que de allá.

Y de regreso... otra vez el camino a carretera, claro con menos velocidad. Pero me siento orgullosa de mi primer viaje, jamás imaginé que podría terminar el año con un reto como ese.

A grandes rasgos, esas fueron las experiencias memorables de regresar al lugar de orígen. Sin duda un desconecté muy pero muy placentero.

1 comentario:

  1. Una borrachera escuchando a los pixies... eso tengo que probarlo algún día.

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