Cuando escucho la palabra Folk en lo primero que pienso es en Bob Dylan, él es la imagen de referencia que tengo para ese género. Sé muy poco, solo que Folk es una abreviación de folklórico y que el intérprete siempre se acompaña de una guitarra. Para mí el folk suena como a blues pero al mismo tiempo a rock. Y que la palabra folk como la palabra indie están de moda, aunque nadie se atreva a afirmar lo que realmente significan, es una etiqueta que se usa para nombrar a “eso” que es “diferente”. Igual los elementos que habitan mi circunstancia y yo, no seamos más que hipsters de la clase barata emulando el “Indie Way Of Life” con nuestras respectivas dosis de mixofobia y mixofilia, nutriéndonos de la gran red social.
Después de mi pausa fuera de lugar y que encaja perfectamente, Alondra Bentley declaró para el país en una sección de fotos que “las cantantes folk no son una moda”; pero no podemos negar que son las mismas conductas de consumo que hacen que se popularicen y a la misma vez, surjan un montón de propuestas similares. Alondra y Anni B Sweet tienen en común que las dos están etiquetadas como cantantes de género folk o indie, cantan en inglés y crecieron en España. Las dos dejaron sus hogares y se fueron a Madrid y las escucho porque las dos aparecen en múltiples referencias de mis canales sociales.
Me gusta la música de las dos aunque prefiero el disco de Alondra Bentley, quizás porque tiene más tracks y sus sencillos cuentan con más recursos instrumentalmente hablando. Me gustan las letras de Alondra, habla más que el tema trillado “amor”, “tú y yo”.
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