martes, 18 de mayo de 2010

Coleccionista de malos amores

Hay días como este que solo quiere quedarme bajo las cobijas escuchado mis discos de Christina Rosevigne, de atrás para adelante y viceversa.

Es uno de esos momentos donde está prohibido tener sentimientos, llorar o sentirte triste. Hace mucho que no se me permite tener ilusiones, por cada intento de desobedencia termino en lágrimas.

El teléfono no va a sonar, ese mensaje nunca va a llegar, la puerta jamás será tocada, las explicaciones no las van a presentar.

No me queda otra cosa que la soledad, y las heridas que trato de coser sin anestesia. De nuevo tengo que bajar la cara para recoger en pedacitos mi cariño.

No hay nada más venenoso que una mentira, no hay nada más desesperanzador que no sentirse querida, no hay nada más frágil que las relaciones que colecciono yo.

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