Estoy sentada a la orilla de la silla,
y leo un poema de Jonh Donne,
y pienso sobre la existencia y el amor.
Engullo con la garganta,
las lágrimas que quieren brotar,
y me digo que no quiero llorar
estoy cansada de tener el rostro mojado.
Y también pienso sobre mi muerte,
¿Y si me muero mañana?
Veo mi cuerpo frio sobre una plancha,
no hay más que otro cadáver.
Por eso dolor ven a mí
quitame lo que más quiero
hazme tan fría y brillante,
como el cielo de invierno.
Por eso amor pasa por mí,
cubreme de bondad,
para amar al prójimo
y entender su verdad.
Creo que así es la vida,
es como estar sentado
a la orilla de la silla,
entre el sostén y el vacío.
Estoy en la orilla de la silla,
juego con el irónico balance
que péndula mi suerte,
pero sigo viva.
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