Se puede regresar al pasado pero no cambiarlo. En menos de un segundo nos podemos remontar a lo que ya pasó y vivirlo de nuevo, como algunos lo dicen. Los recuerdos son piezas subjetivas compuestas de todo aquello con lo que decidimos quedarnos, son una prueba de que vivimos y fuimos.
Y yo fui ella, la que ya no soy, pero extraño ser. La misma que cambió por que así lo decidió y ahora, no se reconoce más en el espejo. Es una sensación de arrebato porque ya no eres esa niña, ni esa adolescente… no te ves igual, no piensas igual, no quieres lo mismo… y solamente esa sonrisa y esa manera de mirar es la que no cambia, es un alma atrapada en un cuerpo que muta y no se puede desprender de él.
Lo doloroso está en que eras quien te gustaba ser y ahora sabes que ya no eres igual, entonces el reto se vuelve a poner sobre la mesa… ¿qué mujer es la que quieres llegar a ser? La del pasado, la del presente o simplemente ser otra completamente diferente.
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