lunes, 24 de agosto de 2009

Al narco se le vence con cultura.

El título no es mío, lo tomé prestado de un artículo que apareció en Milenio Semanal, donde le hacen una entrevista a Alonso Salazar, periodista, escritor, y actual alcalde de Medellín. Y me atreví a hacer eco, porque alguna manera yo pensé lo mismo.

Hace un par de meses me escapé a Mazatlán. En una noche de copas me tocó recorrer el área nice del malecón y vivir de cerca la "cultura del narco". Yo quería pasearme en la "pulmonía" cantando la canción del "Hotel del Cid", pero no la tenían. Con un six de cervezas frías me tocó admirar tremendos camionetones, apreciar automóviles último modelos en los que posaban mujeres con vestimentas provocativas y actitudes de divas. Ver como se paga en efectivo una cuenta de parranda como de 5 mil pesos. En el ambiente se sentían los valores del dinero, de la propiedad, del poder, y todo lo que puedes comprar con ello. Y no podían faltar, las historias de los narcos.

Sin embargo la siguiente noche en Mazatlán fue diferente. Por esos días estaba por festejarse el Día de la Marina Mexicana, y tuvimos la suerte de presenciar un concierto con la Orquesta Sinfónica de esa misma institución. El ambiente era diferente, había más familias, matrimonios, niños y personas de la tercera edad. Fue un concierto admirable, tocaron desde valses, compases, opera, Bee Gees, Beatles, hasta banda. El carisma del director hizo que todo el público se prendiera, y terminara bailando al compás de su dirección. Después hicimos un recorrido por algunos lugares tradicionales del centro. Entramos a un lugar donde vimos fotos antiguas del Carnaval de Mazatlán, pasamos por el teatro, visitamos el hotel más antiguo.

Yo estaba emocionada con el centro de la ciudad, con su historia y con todas esas cosas bohemias que ofrecía. Quería quedarme ahí por siempre, en la Plaza Machado a media luz escuchando Jazz. Así es mi persona, prefiero las cantinas donde escuchas rock, a los antros donde tocan banda.

Y viviendo en ese contraste pensé exactamente lo mismo que Alonso Salazar, que para vencer al narco no se necesita la fuerza represiva del Estado, sino invertir más en la cultura, y también agregué, el deporte y las ciencias. Son disciplinas que promueven la trascendecia del individuo y le permiten expresarse de diferentes maneras, es decir, de crear y mostrar su identidad.

La cultura no mata, la cultura construye. Y no estoy hablando de imponer lo que yo considero mi cultura, eso es segregar. Sino de que se estimulen a las personas, en este caso a los jóvenes, a sus valores. El deporte no envenena. La música no tortura. Una pieza de arte no mata familias. Las matemáticas no son violencia. Al contario, ofrecen una sociedad más sana, expresiva, y un conocimiento individual, una oportunidad de trascendencia. Y cuando se tienen esas experiencias lo que queremos es compartirlo con los demás, que lo vivan.

Quizás yo sea una romantica y mis juicios no tengan tanto peso, pero me emociona saber que mis reflexiones las comparten otras personas importantes, y en este caso un hombre que lucha por hacerlas realidad.

Les dejo el artículo, y espero que se puedan hacer las cosas diferente. Todos en México somos afectados por los narcos y por la delicuencia organizada. Padecemos algo que no es justo ¿por qué tenemos que vivir temerosos de ellos, sino son dueños de nuestra vida? Qué lástima de México, y qué lástima de mexicanos.

http://semanal.milenio.com/node/1057

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