lunes, 29 de septiembre de 2008

Este es un post de aquellos

Este es un post de aquellos que escribo cuando necesito hacer algo con el tiempo. Lo que muchos le llaman, para perder el tiempo. Que no creo que este tan perdido cuando uno escribe un post como estos.

Y si, sigo en el trabajo esperando. Pero no importa debido a que ya no me gusta llegar a mi casa temprano. He optado por saltar a la cama para no ponerme a pensar en cosas que me son angustiantes, y ahí está el asunto... la espera.

Es que como dice un cantante, de esos que tocan en la radio pero nunca mencionan su nombre, al final y hasta el final uno no deja de esperar. Ya me han dicho un millón de veces que el problema conmigo es que sigo esperando, y que las esperas son desgastantes, al grado que la ansiedad se puede volver rencor, el rencor rabia, y la rabia locura.

¡Y cuántas veces me han dicho loca en mi vida! pero esto no tiene que ver con las esperas, sino con las exasperaciones que hago pasar a más de uno cuando les molesta que sea demasiado extrovertida. Aunque con el tiempo me he hecho más tímida, la gente no deja de decirme loca... quizás es porque no cumplo con las expectativas.

¡Y si tan solo supieran que las expectativas las ponen ellos y no uno! Las cosas serían muy diferentes. Es que esperan que sea contenida, sumisa, inalterable y prudente. Y no entienden que entre más oscuro sea el lado que no se ve de la luna, más lumiso llega a ser la cara que muestra al mundo.

¿Compensaciones? Y se han puesto a pensar ¿para qué sirve la luz de la luna? Para guiar el camino del viajero nocturno, para inspirar al poeta solitario, para reconfortar a los amantes, y dar esperanza a los vencidos.

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