viernes, 28 de diciembre de 2007

La buena Camille

Sinceramente que bien se siente salvarle la vida a los otros, bueno, no tanto salvarselas sino ayudarlos. Creo que funciona como un mecanismo de expiación de culpas y pecados, y te queda la sensanción que para alguien tus conocimientos o tu forma de resolver las cosas puede ser aprovechable.

Hoy hice la buena obra del día, o quizás del mes ¿o del año? Ya perdí la cuenta.

Qué bonita parte del ser humano, la solidaridad; con este tipo de actos descubro que no soy tan odiosa como parezco y me hace creer en mí y en la naturaleza de los humanos. La verdad no sé si sea esa sensación un acto espontáneo o quizás sea porque cumplí con el "deber ser buena" que me impusieron a huevo en el colegio de monjas.

Pero se siente bien, me siento bien... vaya, al menos no sirvo únicamente para joder.

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