jueves, 21 de junio de 2007

Verborrea cafesistica cigarricus existencial.

Dice Joan Sebastian: “sencillamente es que hoy amaneció nublado y eso me pone sentimental”. Hoy amaneció nublado pero no fue eso lo que me puso reflexiva, sino dos tazas de café americano y unos cinco cigarros. Dosis que me altera los nervios y particularmente hoy me remueve pensamientos. Esos que no había podido reconocer porque últimamente me he insertado en una rutina donde lo urgente le gana a lo importante. La cotidianidad a veces rebasa a lo trascendental. Pero lo sé, los móviles se encuentran en lo que vives, no en los anhelos que idealizas.

Y ese fue el tema de hoy. Debo de aceptar que la estabilidad me ha ayudado mucho, reconozco el terreno y sobre ese mismo me es fácil avanzar. Ahora, tengo muchas cosas buenas que valoro, otras que me hacen sentir bien. Pero sobre eso mismo, creo que aún no encuentro mi móvil, todavía quedan muchas cosas pendientes. Es muy pronto para hablar de plenitud. Se me está moviendo el mundo, y yo me estoy moviendo con él, y en ese dinamismo me es muy difícil reconocer el principio y mucho más a la mujer que soy. Porque es increíble la cantidad de cambios que he vivido en los dos últimos años.
Me doy cuenta que esto es un tema recurrente, y si lo es, es porque no está resuelto. La variable es que ahora me siento más cómoda conmigo y tengo razones para decir, que aunque haya sido un día tremendamente reflexivo, por algunos instantes me sentí feliz.

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