Hace rato que en mi caminar, a lo lejos percibía el sonido acechante y melodíoso de unas campanitas, de esas a las que no presto atención hasta que el ruido es muy fuerte y aturde mi mente pero más mi corazón.
Las ignoro quizás para no caer en la cuenta que no he aprendido la lección y de nuevo estoy pisando terreno fangoso.Porque al principio mi cuerpo parece que camina entre algodonadas nubes cuando realmente piso tierra con lodo, y es esa primeriza situación, la que aturde y me evade de la realidad.
Hoy por fin me atreví a escuchar el pimer atento aviso de advertencia, lo noté cuando no llegasté, desde ese momento supe que de nuevo mi tremend necesidad emocional, está amarrando mi corázón a tí, al que me regala un beso todas las noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario