jueves, 15 de febrero de 2007

Amor propio.

Aclaracion: El siguiente texto es solamente "literario", no alude a ninguna situacion y a nadie en especifico. Es simplemente un ejercicio de imaginacion.

Y te miro así casi siempre. Evades mi mirada, no respondes mis preguntas, el silencio se ha convertido en tu forma de lenguaje y no logro adivinar si esas muecas son porque quieres que me vaya o me pides que nunca te abandone, porque sé, que en cuanto me doy la media vuelta tus ojos se convierten en mi sombra, me persiguen en silencio, vigilan cautivos los movimientos de mi ser. Tus ojos, complemento de tus oídos, marchan al ritmo pausado del espía, registran lo que siento, porque tú sabes que primero siento y después pienso.

¿Acaso crees que no me veo en tus sueños? Todas las noches me aprisionas en tu subconsciente, me sueñas: yo soy la Dulcinea desnuda que monta un caballo negro y huye hacia el oscuro bosque, lejos de ti, lejos de tu dominio. Dime ¿Por qué soy una fugitiva cuando duermes y una perseguida cuando estás despierto? Y sin embargo no me haces tuya y no me dejas ser de nadie.

¿Ya dejaste de escucharme o comienzas a hacerlo? Déjame cruzar el río, quizás al otro lado encuentre a un hombre sencillo, que mi belleza y juventud lo hagan poeta, que la pasión lo inspire a hilar los más bellos cantares sobre el amor y que en cada puesta de sol me duerma con un beso tierno después de haberme hecho el amor. Lo sabes, una mujer es una mujer y yo soy una de ellas. Merezco un poeta.

Decídete. Yo hace tiempo elegí, quise quedarme contigo. Algo sucedió y te quedaste absorto, casi mudo ¡Mira! ha sido tu silencio el que me ha provocado las yagas que ahora me atrevo a mostrar. Y si es acaso una duda la que te acorrala y no sabes si dejarme ir o detenerme, te doy la solución, renuncia a mí; porque puede ser que una vez que conquiste el lado izquierdo de tu cama, descubra que no es mas que mi amor propio lo que no deja marchar.

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