domingo, 14 de enero de 2007

Luto.

Debo de confesar que en verdad es una perdida que me cala hondo aunque se la profese a un aparato superficial, voluble y temporal (según los adjetivos calificativos que dan los budistas a las cosas mundanas) y quizás más exagerado si digo que toda esta perdida se trata de mi celular.

Mi celular solía llamarlo pollotito, por una calcamonia de un pollo simpático que tenia pegada, aunque a todo le pongo nombre. Era un nokia 1220 sin otra gracia que mandar y recibir mensajes, hacer llamadas, guardar teléfonos y servicio de alarma. Me lo compró mi papá cuando mi hermana se mudo para entrar a la universidad, previendo que quizás podría perderse en la ciudad y así llamarme. Antes de eso para mi el celular era un aparato estorboso, vanidoso y con el peligro mortal de que siempre te localizaran fuera donde fuera. Después le encontré la utilidad.

En efecto, la perdida económica no es muy significativa. Después de tres años y medio creo que ya ni existe ese modelo en el mercado. Lo que me duele es que me encariñé con el aparato por otros sentimientos, que los humanos como yo solemos darle a los objetos inanimados. Por ejemplo: Viajó conmigo al extranjero, a diferentes destinos de la república mexicana, era el medio de comunicación por excelencia con la gente que está lejos (la mitad de ellos), una vez lloré por celular, ligué por celular, me enamoré por celular (jajajaja), había llamadas emocionantes y decepcionantes etc.

También no tenía pensado cambiar el celular en mucho tiempo, porque a pesar de viejo se encontraba en perfectas condiciones y era cómodo decir que mi número seguía siendo el mismo.

Sé que lo tiene alguien más, porque el teléfono no se prende y se apaga solo. Menos se cuelga solo. Qué lastima que no tenga el valor de entregarlo y mientras cancelo el número, debido a mi tiempo libre, le marcaré todo el día para que suene mi super tono de los Black Eyes Peas que incrementa de volumen y suele ser muy ruidoso. Así no se animará a prenderlo ni un solo segundo porque sonará. La persona que lo tiene no sabe con el celular de que psicópata se acaba de meter (jajajajajajaja).

En fin, me resignare a perder mis mensajes archivados, números de teléfono y al pollotito. Lastima que empecé el año con perdidas. :(

3 comentarios:

  1. pues no me queda decirle mas que "ayudandole a sentir". se que esas perdidas son odiosas. y es una lastima que en un pais como el suyo, el numero original no pueda recuperarse. aprendanle a los tercermundistas del sur!!!. eso seria. un beso.

    ResponderEliminar
  2. J.ugarte. Si se la contara no me la creiria.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. hay Camille, las cosas que te pasan...

    ResponderEliminar