sábado, 4 de noviembre de 2006

Reír, llorar con Elsa y Fred


Introduzcamos la situación, es común ir al cine con amigos y encontrarse en el enredo de no saber que pelicular ver, porque no hay una sin que uno ya la haya visto, entonces se apuesta por una que nadie conoce y resignadamente uno se forma y ruega porque sea buena y al final vaya que sorpresa nos damos.

Ahora ¿Qué si lloro en las películas? Si lo hago para que negarlo, pero no con todas sino con las románticas, quizás porque sea demasiado sentimental o me conmueve el romanticismo rosa. Y así me pasó con Elsa y Fred, una película hispanohablante, producida entre Argentina y España. Se trata del amor pero entre dos personas mayores, el tiene 78 y ella 84. Pero puedo decir que es apta también para las personas que les gusta reírse sin parar, con un humor sencillo sin caer en el arte grotesco americano ¿quién dijo que comportarse como un verdadero estupido hace reír a los demás?

Ésta drama-comedia es la última película que me ha hecho combinar el llanto con la carcajada y salir con un buen sabor de boca. No les voy a contar la trama porque quiero invitarlos a que la vean, yo no daba un céntimo por ella y vaya que me cambió completamente la perspectiva.

Dicen por ahí que el amor romántico tal y como lo conocemos se creó en Hollywood, que es mentira que uno levante sutilmente la pierna cuando besa a su amado, que hacer el amor es un acto mundano comparado con las celebres actuaciones de la pantalla, que nunca en nuestra vida en una cita bailaremos bajo la lluvia, que no se escuchan campanitas y ni existe el amor a primera vista. Y quizás tengan razón, pero está película deja una enseñanza diferente.

Elsa y Fred se encontraron demasiado tarde y cuando uno menos desea conocer al amor de su vida, sin embargo se aventuraron a vivir el amor en su más puro estado Shakespeariano. Ella tenía un sueño, quería bañarse en la Fontana de Trevi como la actriz de la Dolcce Vita y besar a su amado, el sueño se le cumplió antes de morir.

Dejémonos de racionalidades absurdas y aprendamos de las historias, le amour en rose no existe definitivamente ¿pero qué nos cuesta crearlo, vivir en la fantasía? La muerte es una realidad impostergable, entonces vivamos lo que sentimos al límite, burlémonos de la vida ¿a quién le haremos daño si se trata de dar amor? Y si la historia termina será otra anécdota más para el libro de los recuerdos. No perdamos la esperanza de encontrar ese romance alguna vez en nuestra vida, no se trata de posibilidades sino de arriesgarse, a veces la soledad es culpa nuestra.

Usen la imaginación, usen el corazón, sean felices y vayan a ver está película, que les aseguró que no se van a arrepentir.

Y por lo pronto yo me quedó aquí a pensar cautelosamente que escena quiero llevar a la vida real, no sucumbo en el intento, el amor un día va aparecer, estoy segura que si.

Link http://www.elsayfred.com/castellano.htm

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