Lo grave no es que diga las cosas y las escupa sin tacto o sin medida...
Lo grave, lo realmente grave es que no diga las cosas.
Esas que se guardan, son màs peligrosas a las que se ofertan en una barata de un mercado persa.
Porque igual que la gravedad, se anclan tanto al suelo, a la mitad de la tierra, que les cuesta salir a la superficie. Es lo que amarra, lo que condena, de lo que uno nunca se libra fàcilmente.
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