lunes, 26 de abril de 2010

Costal de papas

Odio tu revés y tu derecho.
Nunca te alcanzaría para ser poeta,
ni por tu cara inmutable
y ni por tus frases poco creativas.
Hasta tus argumentos incriminatorios
son tan básicos que no convencen a nadie.

Eres un costal de papas.
Con la misma trama, con el mismo sentido.
Siempre en los rincones, pesado y estorboso.

La luz a través de tí no produce colores,
eres siempre gris, un monótono gris.
Tu sonrisa ni siquiera es de mona lisa,
es más llana que un paisaje pintado por
un ciego de nacimiento.

Eres incapaz de amar a las personas,
funcionas como una aspiradora,
succionas, succionas y succionas
hasta que el aburrimiento se vuelve un hastío.
Usas, ultrajas, y los demás después de un tiempo
se vuelven desperdicios.

Eres un costal de papas,
pudriéndote por dentro, pero ni siquiera lo notas.
Eres un costal de papas que quiero patear
patear y patear hasta ver en tí
un gramo de compasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario