sábado, 28 de febrero de 2009

La crecidita de Paulette

Cuando era adolescente tenía como pasatiempo contestar todos los test de personalidad que aparecían en las revistas de espectáculos y belleza, y siempre quedaba en los términos medios. En aquel entonces no era la que soy ahora, y sabía cómo manipular las preguntas para siempre quedar en el cómodo “ni muy muy, y ni tan tan, la chica equilibrada”, y yo juraba que lo era.
Diez años después estoy sometida a las mismas pruebas psicométricas pero ahora profesionales. La mejor noticia de ello es que profesionalmente no estoy loca, es un dato muy importante para todos aquellos que alguna vez lo sospecharon.

La psicometría es como una bruja que te lee las cartas, quién sabe como jodidos se hace pero siempre se acerca mucho a la persona quién eres. Y para los que creían que me faltaba sentido común, ¡sorpresa!, el sentido del análisis lo tengo muy en alto, y es exactamente lo que siempre digo, creen que mis histrionismos prevalecen sobre mis razonamientos y no es así. Soy demasiada cabeza y poco corazón, pero lo demuestro al revés.

Y que este en los extremos no es novedad ni para el examen psicométrico, tengo buenas fortalezas amenazadas por mis peores debilidades. ¿Auto boicot? Fue lo mismo que yo pensé. Lo mejor de mí vive en constante tensión con lo peor de mi persona. Pero aún si me mantengo en la línea, jajaja, es lo más curioso de todo, por eso soy mi caso favorito jajaja.

Volvieron a decirme, -presentas un nivel de compromiso muy bajo-, ante eso solo me dije “What a hell?” Y la verdad tengo la duda de lo que signifique esa palabra “Compromiso”, ¿qué diablos es? ¿por qué siempre me lo dicen? Quizás no lo estoy entendiendo, o en su defecto quizá sea cierto, le tengo pavor al compromiso. Aunque sospecho que la palabrita no es la adecuada, hay algo detrás eso que no sé que sea.

Lo mejor de la experiencia es lo siguiente, esos mismos exámenes los hice en mayo de 2008, estamos a febrero de 2009 y me los vuelven aplicar. Pero si hacemos los comparativos entre los actuales y los de hace casi nueve meses, hay una diferencia notable, Paulette creció.
¡Crecí, crecí, crecí! Cumplí mi palabra. “No sé cuánto tiempo me tomé, pero cuando me vuelvas a ver te vas a dar cuenta que voy a ser más fuerte y más grande de la que ahora escribe”, y así sucederá.

Sólo tengo 25 años, y me falta mucha vida y muchas cosas. Pero por hoy estoy satisfecha, y siento que estoy lista para brincar al siguiente paso ¿o ya brinqué?

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