miércoles, 1 de agosto de 2007

Rancheras con acento gringo

Soy más mexicana que el nopal, y de eso desde el día que nací. Cuenta la historia que corría el mes patrio, Septiembre, y el 16, Día de la Independencia Mexicana, cayó en viernes. Alargadas las fiestas patrias hasta el domingo 18, mis padres fueron a dar la vuelta a la plaza, cuando me decidí adelantármeles un mes. Quizás fueron las ganas de gritar ¡Viva México! las que me hicieron tomar ventaja.

Luego, mis oídos fueron educados a la mexicana. Desde aquellos casetes de música ranchera de voces que se escuchaban antiguas y de sonido guango, que tocaban en la cocina de mi abuela, hasta los materiales modernos de mariachi que mis padres nos hacían escuchar a fuerza en los viajes largos en automóvil.

Por lo que la música vernácula es de mi entero agrado, pero con sus limitaciones. Sé que Vicente Fernández es el famoso charro de México, y que artistas como Luis Miguel, Cristian Castro, Pepe Aguilar, y otros etcéteras, se han colgado del género también, pero de ellos aquí no me encargo, porque su trabajo no me gusta.

Irónicamente, prefiero por mucho a Lila Downs y su disco “La Cantina” y a Linda Ronstadt con “Canciones a mi Padre”. Antes de continuar sé que no debo dejar pasar a importantes intérpretes mexicanas de este género, como la misma Lucha Villa, señora y dueña de la ranchera, pero ahorita solamente cito a la Downs y a la Ronstadt, por una particularidad que las une, y las hace casos especiales.

Lila Downs, es hija de madre mexicana y padre norteamericano. Vivió un tiempo en México, pero en su adolescencia y adultez en Estados Unidos. Interpreta música mexicana y lo hace también en varios lenguajes indígenas. En su última producción abordó a la música vernácula pero a la Downs, con arreglos musicales que hacen que se escuché harto ranchero, pero harto moderno. No es más de lo mismo, creo que este disco, propone una manera diferente de escuchar a este género.

Luego, Linda Ronstadt, ella si es completamente norteamericana pero de padre mexicano. Su disco “Canciones de mi Padre” ya es de años muchos años anteriores. Creo que tiene una voz privilegiada y eso le ha permitió a la señora navegar por muchos géneros, desde el country, blues, opera, new wave, hasta la ranchera. Particularmente las canciones de ese disco me evocan mucho a las que escuché en la casa de mi abuela. Cuando el vernáculo creo yo, que era menos popero y más arrabalero, en su sonido.

Les dejo entonces a los dos ejemplos para que me den la razón o me contradigan. Y disfruten de dos intérpretes dignas de escuchar, producto de la mezcla de razas, porque aunque hablen inglés, el ranchero, lo cantan bien mexicano.

Lila:



Linda:

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