miércoles, 19 de julio de 2006

Tha Lake House... a falta de un buen titulo.

Regresé a la vida de soltera, bueno si así lo puedo decir, al menos mis noches las voy a pasar escribiendo como de costumbre y no pegada al messenger o al skype en largas platicas sin futuro. Por cierto Javier, Siburo y el Sajid andan perdidos y la cajita de diálogo no es lo mismo sin esos tres.

Es raro, a estas horas de la noche me estoy tomando una Coca –Cola Ligth en lata a punto de congelarse, quizás sea por la sal de los nachos por lo que se me antojo un refresco y así es, cada vez que como nachos quiere decir que fui al cine.

Otra vez me salio gratis, pero no por la promoción de la Coca Ligth descafeinada sino porque Iván lo pagó, esa tomando muy enserio eso de cuidar a su mejor amiga. Y se lo agradezco, al menos tengo alguien que vigile mis estados de ánimos.

La película que vimos se llama “The Lake House” (La Casa del Lago) protagonizada por una de mis actrices favoritas Sandra Bullock y Keanu Reeves, que por cierto su cutis no tiene nada que ver con el de los rostros bonitos de Hollywood y lo estoy diciendo por él.

La película es dirigida por un tal Alejandro Agresti que del tipo no sé nada pero suena a que es italiano, EQUIVOCACION, estoy leyendo y es argentino, tiene varias películas, lastima que Jugarte ande tan perdido sino aportaría mas datos a este post jajaja.

Regresando al filme, en efecto es una película romántica que tiene un manejo del tiempo de fantasía. Dos personas en dos años completamente diferentes se encuentran por destino y se ven envueltas en una serie de comunicación sobrenatural, se conoces y como todo buen filme romántico, al final son felices para siempre, obvio en la Casa del Lago.

Es una película con ritmo pausado porque uno va conociendo a los personajes y sus circunstancias familiares al ritmo que ellos, es decir, paralelamente también estamos involucrados en la historia yendo y viniendo en su pasado, presente y también futuro.

A veces ese manejo del tiempo no se puede resolver de una manera verosímil por lo que si el espectador no está dispuesto a prestarse a una historia que no escatima en obviar su ficción pues mejor que se cambie de sala. Es una historia romántica con lugares comunes imprescindibles pero se sienten diferentes porque son un reto y parte de la magia y no lo que tiene que pasar a fuerzas, además ¿Qué no todos los romances en este mundo tienen siempre algo de cliché?

Creo que el mensaje central del guión es la “espera”. Tener paciencia y esperar a que las circunstancias en tiempo y espacio se alineen para poder estar con el “amor de tu vida”. El mensaje es “la oportunidad en el futuro” porque el verdadero amor viola y sucumbe las barreras del tiempo.

Vaya, no puedo tener una opinión sobre ese argumento y menos en estos momentos y puedo presumir que no lloré, aunque hubo algunas escenas que me remitieron a esos “lindos sentimientos” entre dos personas. Sin duda fue una película para disfrutar, no entraría dentro de las películas “de algún día quiero tenerlas en mi colección privada” pero si la rentaría. Al menos profundizo la cosquilla de la curiosidad por aprender más sobre el arte llamado “Arquitectura”.

Creo que para estos renglones sé porque empatice con en largometraje, sobre todo en esa parte donde él dice “sé que está lejos pero ha sido lo mas cerca que he tenido en estos meses y ha sido tan real, lo más real que he tenido”. Quien sabe cuanto digan esas líneas de mí pero mejor sigo cantando con Cerati esa que dice “Cuando lo crea oportuno, abrir una brecha en el futuro, unir tu cuerpo con el mío hasta que al final seamos uno y mientras tanto, yo me encargo de de evitarlo”.

Quizás en dos años vuele a Chile, no lo sé.

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