lunes, 10 de julio de 2006

“corazón disponible”

Así es conmigo, creo que debería de estar acostumbrada a esto, soy una coleccionista de romances a corto plazo que suelen ser intensos y al final como siempre, demasiado dolorosos.

Es demasiado estupido lo que me pasa, soy una mujer con miedo al compromiso que tiene demasiadas ganas de entregar al corazón pero que nunca se le ha presentado la oportunidad para hacerlo al menos con algo que rebase más de los 3 meses.

Primero la del problema era yo, que nada y nadie me llenaba, que me cerraba a las oportunidades y que pedía al príncipe azul. Y lo superé, hice caso a todas esas voces inocentes que tratan de dar el mejor consejo y me dedique a besar sapos. Pero después, la del problema no soy yo, son las circunstancias y luego de esto me pregunto qué es lo que va a seguir.

Como lo leen, dice las circunstancias y muy particulares por cierto. La primera es que siempre vivo a la sombra de otra mujer: la novia, la ex, el platónico, la amiga (por cierto me hace falta la madre). Y el segundo es un “pero” que se puede completar con un sin de pretextos.

Me dice una muy querida tía – Mija si te veo guapa, eres una buena niña, eres agradable ¿Por qué no tienes una relación seria que valga la pena? Y yo le respondo lo mismo –tía yo tampoco sé. Pero lo más irónico es que para ellos soy lo mejor que les ha pasado, el milagro después del amor, la experiencia que no cambian por nada, el alma gemela, lo que siempre andaban buscando, una mujer inteligente, buena onda, accesible, la mejor amiga, la más centrada, casi casi su golpe de su suerte.

Pero no como digo nunca falta el pero y pueden escoger entre estos: la distancia, la edad, el compromiso previo, el miedo, el complejo “soy poca cosa para ti”, la diferencia de expectativas y bla, bla, bla.

Creo que supere la vergüenza a decirlo, para estas cosas siempre me va de la re-jodida. Creo que estoy condenadamente atada a la soledad, a la libertad, a la soltería, a la caza eterna.

Y ya y está prohibido que me vengan con cuentos de que “no te preocupes, un día vas a encontrar el hombre perfecto para ti, va llegar tu príncipe azul, uno que si te va a valorar, que se va a quedar contigo”. No me vendan ilusiones porque eso me dijeron hace muchos años y hasta la fecha, nada.

Mejor me dejo de histrionismos, voy a limpiar el letrero que dice “corazón disponible” y me largo, total nunca he sido tan indispensable.

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