sábado, 10 de junio de 2006

El mundo está en movimiento y yo estoy online.

A los 22 apenas me estoy dando cuenta que tengo una ligera fobia al claustro, estoy capacitada para soportar la rutina pero necesito escapes de vez en cuando. No soporto los lugares cerrados, sin luz y sin aire así como también, hacer lo mismo todos los días.

Puras justificaciones para crear de nuevo un post porque aun que lo crean la mas ferviente lectora de mi blog soy yo y eso de ver el mismo por un periodo considerable de días también me enferma.

La tecnología y las circunstancias de la vida de me han cambiado. Hace un año me enfermaba también hablar de mí y contar mis problemas, era demasiado hermética a veces y prefería escuchar a los demás por lo que las reseñas de vida siempre terminaban en lugares comunes “estoy bien, todo igual, gracias”.

Increíblemente solo basto arriesgar el todo por el nada para atiborrar con mi usada y vieja historia a los demás, contarla era volver a revivirla, servia para justificar mis actos y de una manera u otra exculparme en mi propia autocompasión. Claro, siempre he escrito y era como un hobbie anotar mis piensos de cada situación en las libretas escolares que tiempo después encontraba y me entretenía leyéndolos, a veces volvía a sufrir y otras me moría de la risa; pero nunca los mostraba.

Cambié las libretas por la notebook y las hojas por los post. Ahora en público es como voy guardando la radiografía de mi vida. Cada post corresponde a una emoción y pensamiento de determinada situación que termina por trasmutarse con el paso del tiempo.

Estoy haciendo que mi historia individual se vuelva colectiva con todos aquellos que de vez en cuando me leen y siempre termino por enterarme que nunca dejan comentarios, lo sé, a veces soy tan difícil de entender que solo vale leerme. Es cierto, mi protagonista ha crecido y con ello mi vulnerabilidad a los ojos de los demás.

Y esa es la parte que no me gusta porque sola me he enfrascado en la posibilidad de tener una etiqueta que me enclaustra y me provoca un ataque de fobia. No me he cansado de repetir la frase “Sartreana” que dice “somos más que la suma de nuestras acciones”, es cierto me he equivocado varias veces y sin embargo creo que lo puedo superar.

Queridas amigas sé que esa imagen casi inmaculada que tenían de mi ha mutado y parece que he dejado abierta la caja de pandora para que se manifiesten todos mis demonios y defectos, pero un día tenían que salir! Y por lo pronto me pronuncio antipática, antiestética y escéptica.

Me canse de seguir al deber ser y evitar el querer ser, quien sabe cuando me dure la rachita pero tengo la esperanza de volver a la “normalidad”. Un día de estos me dará por volver a encerrarme en mi mundo, evitarme problema y seguir al pie de la letra las disposiciones que las instituciones morales anteriormente se encargaron de formular para asegurar el camino feliz del humano en la tierra.

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