Dos sermones en menos de una semana. Consejos van y vienen. –Es hora de equilibrar Jovencita- ¿Pero cómo se da eso de las relaciones amorosas estables? ¿Còmo se buscan? Tengo 27 años, y solo con ocho meses de experiencia reales en la formalidad. ¿Y qué tal si eso no es para mí? Aunque yo misma me joda con que las cosas nunca deben de ser determinantes, o decir que son absolutas… ya no sé que responder.
Quizás han sido mis malas decisiones, quizás siempre quemo las cosas antes de que empiecen. Pero dentro de esos quizás, hay una verdad irreductible, al punto que cualquiera llega después de luchar, buscar, arriesgar… La resignación.
Por eso creo que ya no le doy más vueltas al asunto, y es chocante, tener que responder las preguntas. No soy una chica con suerte para los novios. Mi personalidad no da, mis decisiones no son las correctas, las oportunidades no me las quiero dar.
¿Qué la vida me cambie? Eso ya no preocupa. Prefiero vivir con lo que hay, aprender a ser feliz con lo que me toca. Disfrutar de las ventajas que hay, cuando caminas sin un compromiso, sin una ilusión.
Si llega, es bienvenido. Si no, conozco una y mil maneras de seguir mi vida sin necesidad de tener un novio, o una relación seria que valga un esfuerzo.
No hay más. Que paren los sermones.
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