Quizás hoy visite mi blog porque no tengo que dormir, espero a que se haga tarde tarde para poder ir por mi hermano. Es irónico, ahora él se divierte, y yo aquí como mamá esperando. La espera se pone complicada porque el ejercicio me altera, demasiado, hace que se me disparen los niveles de comunicación y socialización que no puedo estarme quieta frente a la televisión sin poder decir nada. Es que simplemente no puedo.
Me gustaría en estos momentos tener alguien con quien platicar. Aunque preferiría tener más un control que me permitiera adelantar estos días, es que la verdad son aburridos. Además que ya se me pasara este estado de pendejez y sensibileria barata.
Ya quiero estar bien, no odiar, no cargar con nada. No herir a mis amigos. Reirme con la vida, divertirme. Pensar que si la cosas pasan bueno, sino pues ni modo. Seguir adelante. Dejar de llorar por nada. No creo que pueda dejar de ser una chillona, al menos ya acepto eso... jajaja.. pero no es lo mismo llorar de sensibilidad que de dolor. Es diferente, creo que ya descubrí eso.
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