La chica que perdió el control

Ella perdió el control como tantas veces antes.
Rompió el espejo y el alma se le escapó,
volando como mariposa azul flourescente
sobre el abismo del sinsentido.

Ella perdió el control de nuevo,
cuando mojo el diario de sueños
con lágrimas ácidas,
que le queman el rostro.

Ella perdió el control,
cuando puso su existencia a contra luz.
Ella perdió el control,
cuando se vendió por estabilidad.

Ella perdió el control otra vez,
se sumergió voluntariamente
en la hogera del hastío,
hasta asfixiarse de miedo.

Ella perdió el control como siempre,
y agota los días con ansia,
para emprender el viaje
al cementerio frío lleno de paz.