Para Osa, Elisa, Yunuen, Sandra y Lorena.
Adoro a mis amigas aunque a veces me encuentre con personajes que se sienten “Pepe el Grillo” (siendo exactos nada mas uno) y tratan de convencerme que no me estiman, que les encanta el chisme y un día de estos me van traicionan.
Pero queridos lectores no se consternen con ello porque no es verdad. Tengo mucho tiempo de tratarlas: una desde la primaria, dos desde la secundaria y una desde la universidad (si ya puedo decir eso). Y como amigas hemos estado en las buenas, en las malas y en las peores. Tuvimos la suerte de acompañarnos en diferentes etapas por lo que nos conocemos lo suficiente, tanto así para darnos cuenta cada una de nosotras ha cambiado; acorde a sus propios tiempos, oportunidades, gustos. Somos como un caja de variedades, cada una con su propia personalidad y gustos masculinos, obvio! Jajaja.
Por ahora estamos abandonando la etiqueta de “chicas universitarias” para convertirnos en “chicas independientes”. Ya tenemos una licenciada en diseño, dos en ciencias de la comunicación, próximamente dos en administración de empresas y una químico-fármaco- bióloga.
Y me siento orgullosa de ellas porque son mujeres que piensan como ser las mejores mujeres. A veces creo que son el ejemplo de producto de años de esfuerzote otras para darles mayor libertad y decisión a las féminas. En nuestras incontables platicas sobre el amor, el trabajo, la universidad, la familia; han llegado a enseñarme y sobretodo a reafirmarme.
Hemos llegado a la conclusión que para saber ser mujer hay que saber que tipo de mujer quieres ser. Reconocer las cosas que queremos y necesitamos para no tomar decisiones equivocadas. Admitir abiertamente nuestros defectos y reconocer nuestras cualidades (lo segundo es lo mas difícil), ser en lo posible independientes emocionales. Cumplir nuestras expectativas profesionales y personales, antes de formar una familia. Tener la voluntad para hacerle menos caso al corazón y más a la razón. Querernos a nosotras mismas y nunca darnos por vencidas cuando somos criticadas o humilladas por el hecho de pertenecer al sexo femenino. Y creo que estamos aprendiendo algo muy interesante “amar inteligentemente”
Y aclaro aún no cumplimos con todo pero el intentar ser, vale más que el ser de facto. Minas, sepan que las quiero y las admiro. Y esto como sabemos, no es una manifestación del feminismo sino de la feminidad.
Adoro a mis amigas aunque a veces me encuentre con personajes que se sienten “Pepe el Grillo” (siendo exactos nada mas uno) y tratan de convencerme que no me estiman, que les encanta el chisme y un día de estos me van traicionan.
Pero queridos lectores no se consternen con ello porque no es verdad. Tengo mucho tiempo de tratarlas: una desde la primaria, dos desde la secundaria y una desde la universidad (si ya puedo decir eso). Y como amigas hemos estado en las buenas, en las malas y en las peores. Tuvimos la suerte de acompañarnos en diferentes etapas por lo que nos conocemos lo suficiente, tanto así para darnos cuenta cada una de nosotras ha cambiado; acorde a sus propios tiempos, oportunidades, gustos. Somos como un caja de variedades, cada una con su propia personalidad y gustos masculinos, obvio! Jajaja.
Por ahora estamos abandonando la etiqueta de “chicas universitarias” para convertirnos en “chicas independientes”. Ya tenemos una licenciada en diseño, dos en ciencias de la comunicación, próximamente dos en administración de empresas y una químico-fármaco- bióloga.
Y me siento orgullosa de ellas porque son mujeres que piensan como ser las mejores mujeres. A veces creo que son el ejemplo de producto de años de esfuerzote otras para darles mayor libertad y decisión a las féminas. En nuestras incontables platicas sobre el amor, el trabajo, la universidad, la familia; han llegado a enseñarme y sobretodo a reafirmarme.
Hemos llegado a la conclusión que para saber ser mujer hay que saber que tipo de mujer quieres ser. Reconocer las cosas que queremos y necesitamos para no tomar decisiones equivocadas. Admitir abiertamente nuestros defectos y reconocer nuestras cualidades (lo segundo es lo mas difícil), ser en lo posible independientes emocionales. Cumplir nuestras expectativas profesionales y personales, antes de formar una familia. Tener la voluntad para hacerle menos caso al corazón y más a la razón. Querernos a nosotras mismas y nunca darnos por vencidas cuando somos criticadas o humilladas por el hecho de pertenecer al sexo femenino. Y creo que estamos aprendiendo algo muy interesante “amar inteligentemente”
Y aclaro aún no cumplimos con todo pero el intentar ser, vale más que el ser de facto. Minas, sepan que las quiero y las admiro. Y esto como sabemos, no es una manifestación del feminismo sino de la feminidad.
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